Por Pablo Aceto
Partido Socialista Auténtico
En esta cuestión, el Partido de Gral. Pueyrredón ocupa un lugar de privilegio ya que este recurso nunca fue por lo menos a nivel de opinión pública un problema a considerar. El partido está sobre un sistema de zona saturada (acuífero) de gran proporción, y si bien en la actualidad no aparece como cuestión crítica el abastecimiento de agua, el hecho de depender exclusivamente del agua subterránea deja para el análisis una gran potencialidad de riesgos. Los acuíferos o agua subterránea son en volumen muy superiores a las aguas de superficie, ya sean ríos o lagunas, pero es muy sensible a la sobre- explotación y contaminación.
El mecanismo es sencillo. El agua producto de las lluvias se filtra por la tierra al subsuelo que básicamente se divide en dos: una zona no saturada que se encuentra entre la superficie y el nivel freático y una zona saturada que está sobre superficie impermeable donde se acumula el agua y ocupa todos los poros y grietas.
¿Cuáles son peligros que enfrentan estos sistemas?, uno sin duda la sobre- explotación que se drene el agua más rápido que lo que las lluvias lo puedan cargar, otro peligro es la contaminación producto de perforaciones inadecuadas que permitan el ingreso de contaminantes al acuífero, elementos tóxicos utilizados en la producción agrícola que filtran por la tierra junto al agua de lluvia, áreas impermeabilizadas en la superficie que no permitan la carga del acuífero, esto en general y en particular el acuífero de Mar del Plata enfrenta la intrusión marina. Mar del Plata desde el Torreón del Monje al Sur tiene una barrera natural de rocas entre el agua marina y el agua dulce, pero, del Torreón del Monje al Norte, la cuenca es abierta al mar, por lo que el agua marina solo es contenida por la carga de agua dulce del acuífero.
En los años setenta la cuña de agua salada que ingresaba al subsuelo generó gran preocupación, en los años ochenta aparecieron los primeros estudios y diagnósticos, en 1984 con la conformación de la empresa OSSE Sociedad de Estado Municipal, adquiere por Ordenanzas estatutarias, la responsabilidad de prevenir y controlar, entre otras cosas, la contaminación de las aguas subterráneas, como así también la facultad de establecer reglamentaciones de carácter obligatorio inherentes a los controles mencionados. A partir de esto se tomaron otras medidas, como el “Comité de Usuarios del Agua Subterránea” que se implementó en 1998 integrado por Obras Sanitarias Mar del Plata S.E. (2 miembros), Grandes usuarios intensivos vinculados al riego (1 miembro), Otros grandes usuarios, tal como industria, comercio y recreación (1 miembro), Universidad Nacional de Mar del Plata (1 miembro), Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (1 miembro) y Consejo Deliberante (1 miembro). Los gastos de este comité estuvieron a cargo de OSSE y los objetivos son, propender al conocimiento del sistema acuífero, a su uso racional y a la protección de la calidad y cantidad del recurso hídrico subterráneo, pero permite pensar que la gestión de dicho comité no debe haber sido muy satisfactorio para la actual gestión, ya que de acuerdo al Manual Plan de Acción Mar del Plata Sostenible se informa que en el marco del ICES Mar del Plata se realizará un Estudio del Plan Integral de Gestión de Recursos Hídricos y Estudio de Gestión de la Demanda a un costo de u$s 150.000.- cuyo financiamiento aún no está determinado. Lo que queda en claro es la pérdida de continuidad de un proyecto de estudio técnico.
Si bien aún no sabemos cuál es el límite de quiebre en la capacidad de reponer carga del acuífero, ya hay una gran cantidad de conocimiento acumulado para saber qué es lo que debemos y que no debemos hacer. En el sector norte no debemos sacrificar las zonas permeables que permitan la filtración del agua de lluvia, crear un domo costero de agua dulce como barrera hidráulica al avance del agua marina, por ejemplo, conteniendo en su cuenca el agua del Arroyo La Tapera, no cargar la zona costera con edificios para los cuales se tendrán que invertir mucho capital para proveerlos de agua, llegar con la red de agua en especial en zonas carenciadas tanto como para mejorar el nivel de vida como para evitar el poseo clandestino que pueda terminar contaminando el acuífero, controlar el consumo que alegremente se divide por cápita a razón de 450 litros diarios, la erradicación de agrotóxicos que por efecto acumulativo puedan filtrarse al subsuelo, crear un sistema para el depósito de residuos altamente contaminantes como desechos industriales, pilas, etc.
En el lejano 1884 Florentino Ameghino definió que el remanente de agua debe ser contenida en las cuencas naturales, y llegó a esa conclusión sin apoyo financiero del BID. Los conocimientos acumulados y el sentido común dejan en claro cuáles son las acciones a seguir y cuáles son las conductas a sostener, por lo que el problema deja de ser una cuestión de financiamiento y pasa a ser un problema de conducta política.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.