En la previa hay una gran expectativa. Peñarol sabe que puede cerrar en ocho meses otra temporada inolvidable e histórica. Está seguro porque tiene material para lograrlo. Con la conducción táctica de Fernando Rivero, es un equipo de jerarquía y experiencia.

En la base estará uno de los mejores jugadores de la Liga Nacional, Facundo Campazzo, y junto a él, Matías Ibarra, siempre confiable. Además, incorporó a Adrián Boccia, quien viene de desarrollar una temporada espectacular que lo catapultó a la Selección Argentina.

Las incógnitas son los extranjeros. Peñarol apostó por dos desconocidos. Si bien no necesita de foráneos que se carguen el equipo al hombro, busca que puedan acertar los pocos tiros que tomen. La rareza es que ambos son escoltas. Tanto el puertorriqueño Isaac Sosa como el estadounidense Eshaunte Jones tienen su fuerte en el tiro externo.

Otras de las intrigas que deberá afrontar “Tulo” Rivero es la ausencia de un histórico como Marcos Mata. Su lugar, si está bien físicamente, sería de Franco Giorgetti. Lo cierto es que defensivamente el equipo tendrá que acostumbrarse a no tener a un todo terreno como lo es el alero marplatense.

En el juego interno está la garantía. A la grandeza de Leonardo Gutiérrez y Martín Leiva se le sumó la maestría de Gabriel Fernández que, si bien se perdería 20 días por desgarro, hizo un invaluable trabajo físico para acompañar su talento en el poste bajo. Además, se incorporó a Axel Weigand para que sea el sustituto natural de Leo.

Peñarol tiene expectativas. Afrontará una Liga Nacional sin descensos y, en consecuencia, sin tanta exigencia en la competencia. Pero, por otra parte, se suma el aperitivo de los torneos internacionales.

Jugará la Liga Sudamericana y su presidente, Domingo Robles, busca conquistar este título que, además de no tenerlo en sus vitrinas, le dará el lugar para participar en la Liga de las Américas. El estímulo, claro está, es la reanudada Copa Intercontinental de básquet que protagonizan el mejor de América con el de Europa.

La temporada de Peñarol aclama a la ilusión. Nuevamente las expectativas son altas porque, como hace varios años, desde la dirigencia siguen con la premisa de ser protagonistas.