El cuerpo de Alfredo Pesquera fue hallado sin vida en el asiento trasero de una camioneta BMW X6, con un disparo en la sien, según confirmaron fuentes policiales a Télam. Lo habría encontrado su propia esposa, cerca del domicilio que compartían desde hace poco en el barrio porteño de Saavedra, en Ramallo al 3300.

Crónica informó el arma de la que salió el tiro mortal estaba dentro del vehículo. La principal hipótesis es que se suicidó.

Pesquera fue imputado y absuelto por la muerte del cantante Rodrigo Bueno y el actor Fernando Olmedo en 2005. Ayer había vuelto a ser noticia, cuando la Justicia ordenó la captura nacional e internacional de Pesquera por un crimen ocurrido el 7 de junio en Villa Ortúzar, en un caso que en su momento los medios no dudaron en tildar de “misterioso”.

En concreto, se trata del asesinato del empresario Miguel Ángel Graffigna, quien apareció muerto sobre el asiento del acompañante de un Peugeot RCZ que había comprado hacía menos de 24 horas. Lo mataron, en principio, con un arma que había adquirido hace poco y que sería la misma de la que salió la bala que terminó en la sien de Pesquera.

La fiscal Paula Assaro investigó a Graffigna y encontró que desde hace un tiempo le estaba exigiendo a Pesquera que pague una deuda que tenía con uno de sus clientes, el campeón de kick boxing Jorge “Acero” Cali.

Y analizando el GPS del Peugeot, encontró que el automóvil se frenó en la casa de Pesquera poco antes de que se detuviera en la calle de Villa Ortúzar donde Graffigna fue encontrado sin vida.

A su vez, una lejana cámara de seguridad mostró que poco después de que el vehículo se detuviera por última vez, un hombre descendió del auto. Los investigadores creen que se trataba de Pesquera, que tras discutir con el financista, de alguna manera se hizo de su pistola Glock  40 y lo mató de un disparo en el pecho.

Pesquera fue acusado por la muerte de Rodrigo y Olmedo, ocurrida en la madrugada del 24 de junio de 2000 en la Autopista Buenos Aires-La Plata, cuando chocó la camioneta que manejaba el “Potro”.

El empresario fue acusado de realizar, poco antes, una maniobra riesgosa que causa el accidente. En efecto, las pericias determinaron que ambos vehículos se rozaron, pero la Suprema Corte bonaerense entendió que Pesquera no incidió en el desenlace trágico y lo absolvió.