La presentación fue realizada por el fiscal Rodolfo Moure, luego que la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata decidiera sobreseer a Julián Ramón, de 24 años, único imputado por el crimen de Bustamante ocurrido en Miramar en noviembre de 2011.

Gastón fue asesinado la mañana del 21 de noviembre, en la casa que compartía con su mamá y su hermana Rocío en calle 27 entre 46 y 48 de Miramar. El día anterior había cumplido años y esa mañana había faltado al colegio. Fue atacado en una de las habitaciones de la casa por una persona que habría entrado con fines de robo y se había sorprendido al encontrarlo ahí. Desde el principio los investigadores sospecharon que se trataba de un conocido de la familia y que mató al chico para evitar que lo denuncie.

Quince días después del crimen, fue detenido Ramón, que era novio de Rocío. Sus huellas se encontraron en uno de los televisores de la casa, que había sido cambiado de lugar. Ramón aseguró que había tocado el televisor durante el cumpleaños del nene, pero para los investigadores las marcas eran compatibles con las del traslado del aparato.

“Lo que resolvió la Cámara fue por insuficiencia probatoria”, dijo el fiscal Moure en declaraciones a la prensa. Y explicó que Ramón “quedó desvinculado del proceso”, aunque aclaró que la decisión no está firme. “Si Casación reviera el fallo de la Cámara de Apelaciones y ordenara que se realice un juicio oral, (Ramón) sería imputado de vuelta y afrontaría esa instancia”, dijo el fiscal para quien “el sobreseimiento es prematuro” y “no se puede hablar que la persona desvinculada no sea la autora del crimen, porque cuando se sobresee a alguien tiene que haber certeza”.

“Estamos pidiendo que nos dejen ir al debate oral para producir toda la prueba y nuevos elementos que permitan saber si esta persona es culpable o inocente”, dijo Moure.

Esteban Viñas, uno de los tres integrantes de la Sala I de la Cámara junto a los jueces Marcelo Riquert y Javier Mendoza, expresó: “Un caso no puede ser llevado al juicio oral por el simple capricho del fiscal, porque éste debe presentar el caso adecuadamente, debe demostrar que el hecho está probado. También, debe acreditar la verosimilitud de la acusación dirigida contra el ciudadano que pretende llevar a debate”.

“Ya en marzo de 2012, cuando tuvimos que tratar un recurso contra la prisión preventiva de Ramón, le dijimos al fiscal que no alcanzaba a acreditar siquiera, la semiplena prueba de la autoría que reprochaba a Ramón, por lo que tuvimos que disponer su libertad por falta de mérito”, dijo Viñas. “Luego de más de un año y meses de investigación, nos encontramos con que no sólo aquella situación no mejoró, sino que en realidad empeoró, porque hoy la fiscalía nos trajo menos pruebas que en 2012″.

Viñas explicó que el sobreseimiento “se dictó porque hay certeza negativa que la prueba arrimada no prueba siquiera mínimamente la autoría de Ramón”. Y “no se vislumbra que en el debate pueda producirse prueba alguna que colabore en aquel sentido”, y aclaró que “esto no significa que se haya cerrado la investigación, el hecho no ha prescripto y la fiscalía debe seguir investigando para intentar tener un caso contra alguien por semejante crimen”.

El 20 de noviembre pasado la jueza de Garantías Rosa Frende había elevado a juicio oral la causa por el crimen. La medida fue apelada, lo que motivó que el viernes último Viñas, Riquert y Mendoza, sobreseyeran a Ramón. María Adelina Martorella, abogada de la familia de la víctima, explicó a Télam que Frende “resolvió elevar la causa a juicio y la Cámara lo sobreseyó – a Ramón- por insuficiencia probatoria, no por certeza negativa de no ser el autor. Tanto la fiscalía general como yo, recurrimos a Casación”.

Los investigadores siempre sostuvieron que Ramón había entrado a robar el dinero de un plazo fijo que la familia tenía para depositar y cuya existencia conocían muy pocas personas, entre ellos él. Algunas pruebas en su contra comenzaron a caerse cuando un estudio de ADN demostró que ninguno de los pelos encontrados sobre Gastón pertenecía a Ramón sino que eran de los familiares que intentaron ayudarlo cuando lo encontraron muerto.