Tras la derrota electoral en las elecciones primarias del 11 de agosto, en el oficialismo se llegó a la conclusión de que uno de los motivos clave del traspié a manos del Frente Renovador de Sergio Massa, fue la inseguridad.

En efecto, el avance del delito fue en forma coincidente, la principal explicación, junto a la inflación, del por qué los bonaerenses se inclinaron en forma mayoritaria por una oferta opositora al FpV. Ese diagnóstico elaborado por varios intendentes y dirigentes del oficialismo y trasladado al gobernador Daniel Scioli, llegó hasta la Casa Rosada.

Y como resultado de esas gestiones, el gobierno nacional dispuso que unos 4.000 gendarmes desembarcaran en la Provincia para reforzar las tareas de seguridad. A cinco meses del arribo a territorio bonaerense de esta fuerza federal, en los distritos se ven cada vez menos efectivos.

Así lo aseguran varios intendentes y secretarios de Seguridad, que advierten que los relevos no llegan o son menos cuantiosos cuando quienes están desarrollando tareas de prevención deben volver a sus destinos.

La situación es admitida incluso en el gobierno provincial, donde se dice que, de acuerdo a la información que se maneja en el ministerio de Seguridad, los gendarmes que quedan haciendo tareas de prevención junto a la Policía, se terminarán yendo a fin de este mes.

“En el gobierno nacional se está diciendo que como egresaron a fin del año pasado unos 5.000 cadetes de la Policía, los 4.000 gendarmes tienen que volver a sus destinos”, indicaron fuentes de la cartera que conduce Alejandro Granados.
 
La llegada de Granados, cabe acotar, estuvo vinculada a la cuestión electoral y atada a la ayuda nacional que se plasmó con el arribo de la Gendarmería. El ex intendente de Ezeiza fue puesto en el cargo por Scioli el 13 de septiembre, casi un mes después de la derrota oficialista en las Paso.

El ministro, incluso, había asegurado que las fuerzas federales “vinieron para quedarse” en oportunidad de las reuniones que mantuvo con legisladores de la oposición.
 
GESTIONES

Según trascendió en fuentes oficiales, el ministro de Seguridad está realizando por estas horas gestiones ante la Nación en procura de que algunos efectivos de Gendarmería queden realizando tareas de vigilancia en ciertos sectores “calientes” del Conurbano.

En varios municipios manejan la misma información de la que se habla en Seguridad: que los gendarmes dejarán la Provincia cuando el segundo mes del año diga adiós. Si bien en el ministerio de Seguridad admiten que la participación de la Gendarmería en tareas vinculadas a la prevención del delito por lo menos se reducirá fuertemente, también señalan que además de los 5.000 cadetes que se incorporaron a la fuerza de seguridad provincial este año, hay un “récord” de inscriptos para ingresar a la fuerza.
 
“Se anotaron 15 mil aspirantes y esperamos que de ellos egresen unos 10 mil a fines de este año”, dijeron en la cartera de Seguridad. También anticiparon que para incentivar el ingreso, se abrirá un nueva escuela de formación descentralizada, la número 17 en toda la Provincia.

Según se prevé, el nuevo centro de formación funcionará en la zona norte del Conurbano, en el distrito de San Isidro.
Fuente: El Día