Una genialidad de Lionel Messi puso al seleccionado argentino en el buen camino que otorgan las victorias, en su debut en el Mundial de Brasil, con un angustioso 2-1 sobre la prolija y digna Bosnia-Herzegovina en el estadio Maracaná.

Lejos estuvo el seleccionado dirigido por Alejandro Sabella de las expectativas ante un conjunto sin experiencia mundialista y pese a haber jugado en ventaja casi desde la salida del vestuario terminó pidiendo la hora.

Con gobierno de las tribunas a manos de los argentinos que vistieron al estadio de celeste y blanco y con música de cancha desafiando más a brasileños que al rival de turno, faltaba que hubiera respuesta en la cancha y la hubo a dos minutos con una jugada en que la suerte le fue favorable a los de Sabella por un gol en contra de Sesad Kolasinad.

Fue en el primer avance de Sergio Agüero por la izquierda, lo bajó Mujdza, centro de Messi, cabezazo de Marcos Rojo y la pelota que al rebotarle en la pierna de Kolasinad se metió en el arco.

Auguraba fácil y hasta la imaginación jugó con una goleada en este amanecer mundialista, pero todo se fue apagando. Bosnia, con prolijidad e inteligencia, pero sin las variantes ofensivas que al menos en el primer tiempo le sobraron para defender, lo complicó y le jugó de igual a igual.

De a poco Bosnia se fue dando cuenta que Argentina con el esquema de 5-3-2 no podía utilizar bien a Messi, bajaba mucho, sus compañeros lejos, extrañamente no supieron moverse Maxi Rodríguez y Agüero y entonces el equipo contrario se paró bien del medio a atrás para neutralizar con buenos trabajos de Becic y Pjanic, los dueños de la mitad de la cancha.

Tan mal jugó Argentina en el período inicial que el primer remate al arco franco fue a los 31 minutos a través de Maxi Rodríguez.

Bosnia complicó con Hajrovic, que no pudo empatar porque Sergio Romero se la sacó de los pies tras una falla de los tres centrales y luego Lulic ganó en lo alto y otra vez el arquero salvo del empate.

No hubo otra para Sabella que volver al 4-3-3 para revertir el mal momento, y metió a Gonzalo Higuaín y Fernando Gago por Maxi y Hugo Campagnaro, para formar el equipo “de memoria”, pero a su vez los que salieron jugaron mal.

Hasta que apareció Messi a los 15 minutos. El rosarino, que había hecho poco y nada hasta ese momento, fue a buscar una pelota casi al circulo central, encaró, pared con Higuaín y antes de entrar al área Messi arrastró la marca de Becic, dejó en el camino a Bicakcic y tras el remate la pelota pegó en un palo y se metió junto al otro.

Ahí, a la fiesta en las tribunas Messi le dio su regalo, pero no hubo mucho más, pese a que con el Pulga a la cabeza, hubo un par de jugadas de contra que no llegaron a buen destino.

En cambio, Bosnia siguió intentando hasta que Vedad Ibisevich le ganó la posición a Federico Fernández, el remate sobró a Romero y la pelota se metió perezosa al arco.

Faltaba el toque final de Sabella, introduciendo a Lucas Biglia y sacando al Kun Agüero para cuidar el resultado, que lo pone arriba en la Grupo F, aunque está allí gracias a chispazo del gran Messi.