Y más adelante aseveró:“El problema de la Deuda es fruto de la irresponsabilidad, desidia y corrupción que durante todos estos años ha estado rondando este tema. Las fabulosas comisiones cobradas por los intermediarios de las distintas renegociaciones significaban hacer la vista gorda sobre el origen de la deuda. Reconocían cualquier monto con tal de percibir comisiones y prolongar los pagos en el tiempo. Jamás se tomó en cuenta el fallo del juez Ballesteros declarando que parte de la deuda externa era impura”.

Y más adelante Romanín:“El gobierno actual en lugar de victimizarse tendría que asumir seriamente el liderazgo y repudiar lo reclamado por los fondos buitre, salvo que como muchos presumen, entre los componentes y tenedores de bonos de dichos fondos, existan importantes funcionarios del gobierno actual o allegados al mismo (léase, Lázaro Báez)”.
 
Y concluyó:“Esto debe ser investigado y, recién una vez develado los nombres de los actuales tenedores de los bonos defaultiados, proceder a una renegociación global de la deuda. Sólo de esta forma se logrará transparentar el tema y hacer que los sacrificios realizados no signifiquen una verdadera hipoteca para la Nación, que por generaciones tendrán que pagar los trabajadores, los jubilados, los estudiantes y en general, todo el pueblo argentino”.