“Los años 90 y el neoliberalismo fueron letales para el trabajo registrado. La apertura comercial irrestricta, el aumento del desempleo y la negociación salarial individual, fueron el caldo de cultivo para el crecimiento masivo del trabajo en negro”, sostuvo el Presidente del Bloque, Pablo Retamoza.

Desde el 2003, con más protección del mercado interno, desempleo a la baja y negociación salarial colectiva en vez de individual, comenzó a revertirse esta tendencia que imperó por muchos años, donde el trabajador empobrecido priorizaba tener trabajo, más allá de que fuera registrado o no. “Se ha incentivado la creación de empleo registrado. Además se restauró la inspección del trabajo nacional y se fueron dictando leyes que protegen y promueven la registración en colectivos vulnerables como los trabajadores rurales y domésticos. Así, el trabajo no registrado bajó de casi el 50% de los asalariados 2003, al 33% en la actualidad”, explicó el concejal.

Esta ley, así como su adhesión en el ámbito de General Pueyrredon, pretende dar otra vuelta de tuerca en esta pelea, aumentando sustancialmente las sanciones a los empresarios fraudulentos, pero otorgando incentivos especialmente a aquellos microempleadores más precarios, donde se puede verificar alguna relación entre su baja escala y rentabilidad y la no registración del trabajador. Por su parte, El Municipio, así como sus entes descentralizados, no podrán celebrar contratos de ningún tipo con aquellas empresas y entidades que incumplan esta ley.

“El objetivo es reducir la informalidad laboral, otorgando beneficios previsionales a los sectores más vulnerables de la cadena productiva, garantizando, al mismo tiempo, los derechos jubilatorios de los trabajadores”, detalló Retamoza.