Carret, cuyo nombre verdadero era Rafael Carretta, había nacido en Buenos Aires el 10 de septiembre de 1923 y era el único sobreviviente de ese elenco, tras las muertes de Juan Carlos Cambón, Zelmar Gueñol, Guillermo Rico y Jorge Luz, fallecido en 2012.

En sus años mozos fue jugador de fútbol en el club River Plate y durante casi dos décadas se destacó como periodista deportivo en la revista de esa entidad, y su vínculo con la actuación comenzó en el cine, con “Chimbela”, con Elena Lucena, en 1939.

Rodó algún título más hasta que en 1948 el notable Luis Bayón Herrera lo dirigió junto a los compañeros que lo harían famoso en “Cuidado con las imitaciones”, donde también figuraba Tito Martínez del Box, creador del programa radial “La gran cruzada del buen humor”, que dio origen a Los Cinco Grandes.

En esa película popularizó su imitación de la voz del Pato Donald, que repitió entre otras gracias en una seguidilla de filmes enormemente populares, como “Cinco grandes y una chica”, “Cinco locos en la pista”, “Locuras, tiros y mambos”, “Fantasmas asustados”, “La patrulla chiflada”, “Vigilantes y ladrones”, “Trompada 45”, “Africa ríe” y “Los peores del barrio”, entre otras, ciclo que curiosamente se cierra con el golpe de 1955.

En esos títulos aparecen acompañantes famosos o que hacen sus primeras armas como Laura Hidalgo, Pepita Muñoz, Nelly Láinez, Blanquita Amaro, Juan Verdaguer, Susana Campos, Vicente Rubino, Amalia Sánchez Ariño, Maruja Montes y Gloria Montes.

En plena popularidad del quinteto, que lo llevó a hacer giras por Cuba, España y Uruguay, la muerte de Cambón a los 43 años desbarata la buena racha y el grupo sigue unos años como Los Grandes del Buen Humor, aunque en actuaciones menos periódicas.

El teatro de revistas contó con Carret desde mediados de los años 50 del siglo pasado, en espectáculos compartidos con Pepe Arias, Nélida Roca, Adolfo Stray y Dorita Burgos, y en 1975 asistió al debut de Carmen Barbieri en “Aquí se mata de risa” en el teatro Cómico -actual Lola Membrives-, junto a Moria Casán, Alfredo Barbieri, Patricia Dal y Don Pelele.

A partir de 1965 participó de “La tuerca”, por Canal 13, uno de los programas cómicos por excelencia de la TV nacional, que durante nueve temporadas -hubo un intento de revivirlo en 1982- contó con fiugras como Osvaldo Pacheco, Guido Gorgatti, Oscar Viale, Tincho Zabala, Marcos Zucker, Gino Renni y Carlos Scazziotta.

Ya en solitario, la pantalla grande lo contuvo en “La procesión”, junto a Guillermo Brizuela Méndez, “Placeres conyugales”, con Luis Sandrini y Ana María Campoy, “Ya tiene comisario el pueblo”, con Niní Marshall y Ubaldo Martínez, “La novela de un joven pobre”, con Marshall y Leo Dan.

Ese listado sigue con “Martín Fierro”, de Leopoldo Torre Nilsson, con Alfredo Alcón, “La cigarra no es un bicho”, con Amelia Bence, Narciso Ibáñez Menta y Sandrini, “El club del clan”, con Palito Ortega y Violeta Rivas, y “El día que me quieras”, con Hugo del Carril.

Tuvo un protagónico en “Patolandia nuclear”, de Julio Saraceni, derivado de su programa televisivo para niños “Patolandia”, y su última intervención en el cine fue la fallida “Siempre es difícil volver a casa” (1992), de Jorge Polaco, junto a Miguel del Sel, Dady Brieva, Soledad Silveyra y Rodolfo Ranni.

A mediados de la década del 80 la falta de trabajo lo llevó a desempeñarse como comerciante y a actuar en un circo, aunque en los 90, por su buena relación con el gobierno de Carlos Menem logró reinsertarse en la TV y aparecer en ciclos como “Ricos y famosos”, “Inconquistable corazón” y “Mi ex”, protagonizado por Rodolfo Bebán y Nora Cárpena.

Carret fue también compositor de temas folclóricos -“El tata está viejo”, gran éxito de Hernán Figueroa Reyes, y “Mi cajita de recuerdos”, cantada por Los del Suquía- y creó la música de su programa “Patolandia” y el filme “El satélite chiflado”.

Estuvo casado con la vedette y actriz Thelma del Río, con quien tuvo en 1973 a su hijo Lisandro Carret, también actor y cirquero.