En los discursos de campaña nunca está ausente el tema de la salud, pero salvo inauguraciones taquilleras en la Provincia no existe mantenimiento de los servicios de salud, falta personal auxiliar, falta de profesionales, falta de insumos, falta de seguridad, deterioro constante de las estructuras edilicias, a tal punto que se plantea en forma de “Plan” internar a los pacientes en su domicilio con el fin “de que estén rodeados de sus afectos” y claro, que los
cuiden sus afectos, pero sus “afectos” no son médicos. En el ámbito Municipal más allá de la inauguración del CEMA, que por cuestiones de marketing fue beneficiada con el equipamiento que no tuvieron los Hospitales Provinciales, más el conjunto de salas barriales, no cumplen, más allá de las formalidades, lo mínimo esencial en materia de prevención.

A esto hay que sumar los servicios de salud privada, donde la falta de controles y estadísticas del Estado, toma cada vez más la forma de” tierra de nadie”. Los servicios de salud privada tienen una fuerte vinculación con sectores del Estado y esto es por la intervención de
la obra social PAMI.

Si bien es muy difícil establecer el volumen del problema por falta de números oficiales, se observa a simple vista el deterioro en la atención de la salud de los jubilados en Clínicas Privadas; sectores sindicales denuncian falta de cumplimiento en los protocolos de seguridad, para ser claros por cuestiones de costos el personal de limpieza es el mismo en salas de internación, cocina, baños, quirófanos y lo que venga, aumentando el riesgo de infección
intrahospitalaria (IIH). Esto es tan grave como la actitud indiferente del Estado y las Obras Sociales que no controlan; es muy difícil saber cuánta gente muere por (IIH), pero cotidianamente nos enteramos de estos casos.

También es notable la condición de atención en los consultorios, abarrotados de personas, que deja a las claras que capitan mucho más que lo que pueden atender.

La última vez que escuché críticas desde un Gobierno al sistema de salud privada, fue al Doctor Floreal Ferrara, que al poco tiempo fue desplazado de su cargo, lo que dejó en clara evidencia el poder que ejerce este sector. No deja de preocupar que los jubilados, cuya Caja financia televisaciones deportivas y planes que deberían ser sostenidos por el Tesoro Nacional, no solo sufren la postergación en su capacidad adquisitiva, sino que quedan también a merced de los
mercaderes de la salud.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.