El acto contó con la presencia de feligreses de General Alvarado, como así también de vecinos de Punta Alta y Mar del Plata que se llegaron a la “Ciudad de los Niños” para acompañar al Padre Hugo en tan especial momento .

En la oportunidad el secretario del CD, José Luis Tilaro leyó los considerando de la Resolución, en tanto el Vicepresidente del cuerpo deliberativo, Eduardo Tolosa se refirió a la figura del hoy Ilustre Segovia.

Cabe señalar que la iniciativa de los curules radicales se basó en la “intención de homenajear y distinguir a una persona entrañable que dejó una huella imborrable, logrando cosechar un cariño inolvidable en toda la comunidad que hoy lo echa de menos por su solidaridad, calidez humana y sensibilidad”.

En el escrito mencionaban que “el Padre Hugo ha demostrado su hombría de bien en todas las localidades que le han encomendado llevar la palabra de dios, siempre con un mensaje esperanzador y al servicio del prójimo”, y agrega que “a lo largo de su vida ha recibido una gran cantidad de homenajes y reconocimientos por su tarea pastoral, como así también por su aporte en distintas ramas de la cultura”.

Concejales de los distintos bloques que componen el Cuerpo Deliberativo tuvieron sentidas y emocionantes palabras para con la persona de Segovia y recordaron su gestión pastoral en su paso por General Alvarado.

La entrega de una placa recordatoria estuvo en manos del Intendente, Germán Di Césare, en tanto Alberto Solari le hizo entrega de banderín e integrantes del Partido Justicialista de otra plaqueta, en el que destacaron la bondad y el trabajo de Segovia en esa ciudad.

A la hora del agradecimiento, el Padre Hugo no se olvidó detalle alguno de su paso por Miramar y la tarea llevada a cabo a lo largo de esos doce años, a la vez que lamentó no tener un lugar que hoy considere su hogar (Nota de Redacción: Actualmente la Diócesis de Mar del Plata lo alojó en el Hogar “García Landera” de Necochea, luego de su paso por San Carlos Borromeo de Mar del Plata).

Finalmente se sirvió un refrigerio donde decenas de miramarenses no solo lo saludaron, sino que hubo algunos que se emocionaron hasta las lágrimas al reencontrarse con la querida figura de la Iglesia.
Gentileza: Miguel Avellaneda