Después de aquella emoción fuerte, quien también es periodista se prestó al juego y, además de contestar seriamente, se prendió en un interesante ping pong que incluyó anécdotas graciosas y un 15 ideal.

- ¿De qué jugabas, en dónde, desde cuándo y hasta cuándo?
- Jugué en Mar del Plata Club, desde 1970 hasta 1982, cuando me fui a Buenos Aires para estudiar. En Capital jugué en la Menores de 21 y en la Intermedia de Curupaytí. Cuando volví a la ciudad en 1985, volví a “Mardel” y jugué hasta 1988. Mi puesto básicamente era de pilar derecho, ocasionalmente, cuando era chico, me desempeñé como octavo. Luego del primer Mundial de rugby, a los que hacíamos periodismo nos declararon profesionales y tuve que dejar. Para poder referear tuve que someterme al voto de la Asamblea General de la Unión de Rugby de Mar del Plata en diciembre de 1988.

- ¿Qué te gustaría que volviera del rugby de antes?
- Puede ser que extrañe las destrezas que tenían los saltadores en el line. El pasito hacia adelante y luego hacia atrás, o el ganarle la posición al rival. Hoy se levanta en el line a los enanos y los “lungos” perdieron un poco de razón de ser. Este juego tiene bien arraigado que los gordos empujan, los altos saltan, los enanos distribuyen y los flaquitos corren.

- ¿Qué te gusta del rugby “moderno”?
- La dinámica, lo poco que se traba la pelota en las formaciones.

- ¿Qué opinás de los jóvenes que vienen haciendo una interesante carrera en el referato?
- El referato de hoy en día, gracias al trabajo que está haciendo la UAR y la reinserción a nivel mundial, te puede abrir las puertas del mundo. Si uno es profesional de esto, antes de serlo del bolsillo y se lo toma en serio, puede llegar lejos. Es lindo trascender las fronteras de Mar del Plata e ir a otro lado a dirigir. Siempre, como no te conocen, inicialmente, te respetan más. Es difícil ser profeta en tu tierra. Cuando hemos tenido representantes, o sea en los últimos ocho o diez años, no nos fue para nada mal y los referees marplatenses rindieron.

- ¿Qué cosas no materiales te llevaste en el bolso después del partido Comercial - Pueyrredon?
- Me llevo un montón de amigos. Muchas situaciones vividas. El rugby me permitió conocer el país y algo de Sudamérica. Siempre donde uno va encuentra un rugbier que te facilita las cosas. Agradezco a todos los que me dejaron compartir con ellos los partidos y entendieron que la tarea mía no era la de ir a joder a nadie, sino la de intentar colaborar para que ellos pudiesen jugar. Son muchos años y es lindo ver cómo actualmente estaba dirigiendo a los hijos de jugadores de los 90 que en su momento quizás me putearon, pero como buenos caballeros valoran el hecho de que uno continúe colaborando con el silbato.

PING PONG

- El jugador más correcto: Sebastián Vázquez, de Los Cardos.

- El jugador más “mañero”: Mario Miracco de Comercial. Había que estar mirándolo siempre.

- El mejor jugador que dirigiste: Daniel Villén

- Un podio de partidos dirigidos: Es muy difícil elegir. En 27 años de referato, seguro que tuve partidos malos , regulares y algunos pocos buenos. Además, capáz que el que para mí fue redondo, para otros no haya sido así. Fueron muchos, dirigí más de 1700 partidos.

- Un 15 ideal de jugadores que dirigiste: Por suerte podría armar como tres equipos, pero no voy a arrugar y voy con Daniel Villén; Sebastián Vázquez , Diego Meyrelles, Sebastián Gastaldi, Juan Berberián; Matías Iriarte y Alberto Contardi; “Juanchi” Usandizaga, Rodolfo Roselli y Marcelo Arambarri; Jorge Canal y Fernando Contreras ; Mauricio Reggiardo, Eduardo Langdon Sagasta y Mauricio Vázquez. Suplentes: Marcelo Gilardi, Eduardo Zapiola, “Chirola” González Sueyro, Mariano Caamaño, Juan Cruz Barreca, Gonzalo Usandizaga, Marcelo Amalfitani, Marcelo Chorny y Francisco Cersósimo.

- ¿Anécdotas que se te vengan a la mente?

- Una vez llegó a un club, temprano, para dirigir la M15. Había un jugador de Primera a cargo del equipo. Estaba sólo, luchando con cubrepostes, suplentes, dinero y demás. Se me acerca, cuando yo estaba hablando con el doctor Álvarez Corona y me dice: “Disculpá Martín, me faltan un par de jugadores”. A lo que yo riéndome le contesté: “ya mi di cuenta”.

- Dirigiendo, un jugador que iba a arrojar el line me dijo: “señor, ¿puede abrir la boca?”. Eso hice, tal cual Nemo y se desató la carcajada.

- Dirigiendo en Balcarce, un tipo salía de la camioneta a cada rato y gritaba “Caravaca” o al menos yo entendía eso. Termina el primer tiempo y me acerco a Sebastián Pinilla y le pregunto: “che Seba, quién es aquel de la chata celestita que me está jodiendo, debe haber jugado conmigo o es conocido”. Él me dice que no ve bien quién es y en ese momento el capitán de Campo de Pato se me acerca y me dice: “Te canto los cambios: entra Willy Caravaca, se retira Platz”.

- Un jugador de M19, en la cancha dos de la Villa Marista se me acerca y me pide permiso para ir al baño, para hacer “ lo segundo”, porque se hacía encima. Le dije “sí cómo no, andá tranquilo y me avisás cuando volvés a entrar”. Cuando estaba por volver, pensé que no se la podía dejar pasar así no más y como justo se estaba por formar el scrum, le dije al pilar: “supongo que te habrás limpiado bien el c... y no vas a c... a tu segunda línea”. Por supuesto que se quería meter bajo la tierra y los demás lo festejaron.

- Día de lluvia. Todos los jugadores embarrados. Partido San Ignacio-Mar del Plata, en Santa Celina. Faltando 3 minutos, “Lepa” Bourdal y “Willy” Estavillo piden el cambio. Entra un morrudito a formar el scrum, verde, impecablemente verde. Le digo: “no campeón, estamos todos sucios y eso es una falta de respeto, date unas vueltas por el piso antes de formar”. Acató la orden ante la risa de todos, se embarró un poquito y jugó esos minutos.

- Hago el sorteo, pero en lugar de utilizar una moneda o hago flamear un billete de cinco pesos. Los capitanes me miraban como un loco y les digo: “disculpen, no tengo cambio”. Moraleja, en el partido se me cayó el billete del pantalón y ese partido tuvo un “costo” para mí.