“Acercarse a Jesús es esperanza y fortaleza, y eso es lo que necesitamos hoy, no queremos jóvenes debiluchos, que están ahí nomás, ni sí ni no, no queremos jóvenes que se cansen rápido, que están con cara de aburridos. Queremos jóvenes fuertes”, dijo el sumo pontífice ante la ovación de la multitud, la más entusiasta de las que lo siguieron en Paraguay.

Francisco destacó que “la falta de medios para sobrevivir, la drogadicción, la tristeza son cosas que nos quitan la libertad” y afirmó que “la desesperación empuja a esos chicos al delito”. “A esos chicos les tenemos que decir que nosotros estamos cerca, que queremos darles una mano”, agregó.

El Papa, que tenía preparado un discurso pero prefirió hablar espontáneamente con los miles de chicos que desde la mañana acamparon para verlo, insistió: “Hagan lío, pero ayuden a organizarlo bien y a arreglarlo, un lío que nos dé un corazón libre”.

“Los jóvenes estaban expectantes por lo que el Papa tenía para decirles a ellos y sobre ellos”, le dijo a ámbito.com el obispo del departamento de Misiones, monseñor Mario Medina, quien resaltó que en Paraguay 230.000 chicos ni estudian ni trabajan debido a su condición económica y social.

Por su parte, el padre Narciso Velázquez, señaló que hay muchos jóvenes comprometidos y “la presencia del Sumo Pontífice es una gran motivación”.

Durante los tres días de visita de Francisco al país fueron los jóvenes los que dieron la nota festiva. Unos 54.000 voluntarios de parroquias y escuelas se desplazaron por todas las ciudades a las que fue, asistiendo a los fieles, cantando, en momentos incluso bajo la lluvia.