Llegaron las máquinas, camionetas y funcionarios, que comenzaron a trabajar ante la mirada atónita de los vecinos que se encontraron con un enorme despliegue. “Hace un tiempo que venían pidiendo que derrumbáramos esta vivienda, que venía teniendo episodios de agresividad”, aclaró el secretario de Seguridad, Rodolfo Iriart, quien detalló que había sido una garita durante un tiempo y hasta había sido usurpada, con manejos vinculados con el narcotráfico.

Al instante, surgieron los cuestionamientos sobre el estado de la vivienda. “Es una casa que no está habitable. Muchos vecinos preguntan ante este tipo de eventos pero aclaramos que son lugares que no están en condiciones para vivir”, respondió Iriart.

Por su parte, los vecinos dialogaron con el secretario y pidieron ayuda para las actividades que se realizan en el barrio. “Tenemos una murga que practica en el medio de la calle y a la intemperie. Queremos que en vez de derrumbar estos lugares, nos dejen usarlos para acompañar a los chicos en sus talleres”, destacaron.

Iriart sumó el aporte de la Sociedad de Fomento, del Foro de Seguridad, directoras y de docente de escuelas de la zona. “Es una buena oportunidad para hacer valer la presencia de Prefectura y del Municipio en una zona tan castigada como esta”, aseguró.