El MAR fue una de las opciones más elegidas por la multitud de turistas que llegó hasta Mar del Plata para vacacionar, y también para los marplatenses y batanenses que permanecieron en la ciudad durante el receso escolar.

Todas las actividades infantiles se vieron colmadas de niños y adultos. Guiados por las educadoras del MAR a partir de una idea inspirada en algunas de las obras que se encuentran actualmente en exhibición en “Horizontes de Deseo”, invitaban a los visitantes a imaginar, crear y desear.

Las visitas guiadas que se realizaron durante estas vacaciones de invierno cada una hora, estuvieron siempre colmadas de visitantes curiosos que quisieron aprender más sobre las obras y los artístas, aunque también muchos eligieron conocerla a través de la Autovisita, un folleto que ofrece un recorrido sugerido, y los más amigos de la tecnología llegaron con su Audioguía que descargaron de la página web del MAR (http://museomar.gob.ar/muestras/horizontes-de-deseo)

Además, las propuestas cinematográficas como el ciclo “Oleaje”, de cine de autor nacional, curado por Paulo Pécora; o VER: Panoramas de la creación audiovisual latinoamericana; y el cine infantil, fueron también de las actividades más elegidas.

Una multitud participó también de dos jornadas coordinadas por la artista Diana Aisenberg que invitó a los presentes, niños y adultos, a seleccionar la bijouterie en desuso que se había recolectado durante estos meses en la urna ubicada en la Sala 1, para luego proceder a enhebrar esos objetos que se transformarán en una próxima etapa en una obra de arte de realización colectiva.

También a sala llena Nicolás Varchausky realizó su performance “Música para tejidos conectivos”; y dos noches a puro jazz, organizado por Improvisación Colectiva en Mar del Plata, se desarrollaron con la presencia de Lucio Balduini y Jorge Armani, en una oportunidad; y el Conjunto de Lassaletta y el Trío Dapine, en otra.

El Lobo Marino de Alfajores, sigue siendo el nuevo ícono de la ciudad y cada uno de los visitantes se llevó su foto en la monumental obra de Marta Minujín. Algo similar ocurrió con “Vortex”, la pieza colgante en el hall del MAR, conformada por casi 80 mil broches de madera teñidos, de Martín Huberman.