Finalmente lo que veníamos advirtiendo desde la Comisión de Deportes del H.C.D. como una crónica anunciada se dió de la peor forma: La Casa del Deportista, edificio público de dimensiones generosas y aparentemente usurpado se incendió, fruto de la desidia y el abandono del ejecutivo municipal y como una muestra ejemplar de un estilo de gestión.

Luego de 8 años de gobierno del intendente Pulti, los mismos que Daniel Scioli en la administración del mismo signo político en la Provincia y más de un decenio de administración kirchnerista a nivel nacional, no es equivocado afirmar que Mar del Plata se encuentra en una situación sino de retroceso, de claro estancamiento.

Hoy en nuestra ciudad existen señales que denotan un evidente desmanejo en las políticas públicas lo que conlleva a una parálisis que perjudica a distintos sectores económicos y a la ciudadanía en general.

Veamos: A la tan promocionada nueva estación del ferrocarril de nuesta ciudad, no arribarán trenes hasta por lo menos el mes de diciembre. En el cerrado ramal hacia el puerto hace muchas décadas que existe una villa de emergencia y su conexión a Necochea con más de un lustro de abandono total. Esta situación nos retrotrae en la práctica a épocas anteriores a 1884 cuando el tren aun no había llegado. Es redundante describir los efectos disvaliosos que estas cuestiones traen aparejadas. Por lo tanto Mar del Plata no contará hasta entrada la temporada estival (si cumplen) con el flujo de turistas que lleguen a estas playas en tren, ni comentar del servicio de cargas.

Como si eso no fuera suficiente repasemos el estado de las vías terrestres con otras localidades: la autovía 2 se encuentra dañada en buena parte de su recorrido, transformándose en una arteria de un sólo carril al derrumbarse un puente, lo que torna lento y dificultoso el tránsito; la ruta 88 en ruinas se ha transformado, tristemente, en la ruta de la muerte, producto de los innumerables siniestros viales y las cuantiosas vidas humanas que ellos se cobran. La 11 es interbalnearia sin doble mano y la 226 la única en condiciones aceptables de transitar.

El puerto de Mar del Plata hace años que está privado de la llegada de barcos porta-contenedores ya que el dragado realizado resultó oneroso e insuficiente para estar a la altura de tan importante actividad económica.

La parálisis de nuestro puerto hace que la cantidad y variedad de productos que se faenan, manufacturan y elaboran en nuestro partido tengan que salir al exterior a través de -increíblemente- otros puertos, por lo que la mercadería se transporta hasta ellos en camiones que, además de dañar las rutas y calles locales, agregan tiempo y costos extras a las mercaderías, tornando en innumerables casos antieconómica la actividad.

El estado ha invertido millones en construir una terminal de cruceros. Sin embargo y más allá de haber sido inaugurada hace años con el sólo objeto de obtener una foto política, lamentablemente es del todo inútil, toda vez que desde que se inauguró no ha llegado ni un sólo navío. Esos barcos no pueden entrar por problemas de calado, lo que marca una vez más que el mantenimiento del puerto y el dragado de su entrada han sido deficientes. De tal manera que Mar del Plata no es tenida en cuenta por un turismo tan codiciado como lo son la franja de viajes en crucero y sus preciados turistas extranjeros.

Vale recordar que nuestro aeropuerto sin categoría internacional tiene una actividad comercial insignificante en volumen para una ciudad turística como la nuestra. Los vuelos diarios son menos aún que los de hace 30 años atrás.

Lo antes enunciado marca una gran contradicción, una ciudad con un potencial turístico único en el país con vías de comunicación terrestres, aérea y fluvial acotada por ineficiencias de orden político y falta de inversión bien orientada.

Con anuncios grandilocuentes, de ocasión, políticos y vacíos de contenido real, lo cierto es que Mar del Plata sufre, por desidia en su ordenamiento público, un estancamiento que se traduce en una merma en sus ingresos y por lo tanto en la calidad de vida de sus habitantes.

El Partido de General Pueyrredon ha crecido a pesar de las políticas públicas erróneas y a pesar de la supuesta década ganada, solo gracias al ímpetu del sector privado con sus emprendedores a prueba de crisis y dirigentes inconvenientes.

Debemos detener la inercia de la decadencia en la gestión pública y cambiar hacia un equipo de gobierno que administre con sensatez e inteligencia, permitiendo liberar las fuerzas productivas, llevando a nuestra ciudad al sitio en el que debe estar, que es muy distinto al que hoy vemos y que brevemente se describiera.

Este domingo la democracia nos da la oportunidad de cambiar el rumbo. Está en nosotros la responsabilidad y quizás, lo que no supieron hacer nuestros dirigentes más encumbrados lo tengamos que hacer nosotros desde las bases.

El pueblo, Mar del Plata, la Provincia de Buenos Aires y la Nación toda se merecen un futuro mejor al que nos muestran nuestros actuales gobernantes.

LA CIUDADANIA TIENE LA PALABRA ESTE DOMINGO 25 DE OCTUBRE.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.