“No he hecho nada malo. Si los jueces me hubieran mandado a llamar hubiera ido”, dijo el expresidente brasileño. Declaró durante cuatro horas por el caso Petrobras.
No tengo nada que temer, porque no he hecho nada malo. Si los jueces me hubieran mandado a llamar hubiera ido, como lo hice el 5 de enero pasado en Brasilia", afirmó hoy el ex presidente de Brasil, Lula da Silva.
De ese modo, "habrían evitado esta acción innecesaria y espectacular, este Show", añadió en la sede de su agrupación política, el Partido de los Trabajadores (PT), luego de que policías lo forzaran a que los acompañara a declarar en una investigación sobre supuestos sobornos.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva abandonó la comisaría de la Policía Federal a la que fue conducido este viernes a declarar, tras un interrogatorio que se prolongó casi cuatro horas ante los responsables por la investigación del escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.
Lula, que había sido llevado a la comisaría de la Policía Federal en el aeropuerto de Congonhas de Sao Paulo a las 8.00 hora local (11.00 GMT), salió de la terminal hacia las 11.30 hora local (14.30 GMT) en un vehículo particular y se dirigió a la sede de la dirección nacional del Partido de los Trabajadores (PT), en el centro de la mayor ciudad brasileña.
LA RELACIÓN DEL CASO CON CÓRDOBA.
El exjefe de Estado fue el principal blanco en una operación realizada por la Policía Federal en el marco del proceso por los desvíos en la petrolera estatal por más de 2.000 millones de dólares.
Además de conducir a Lula a una comisaría para prestar declaración, la Policía allanó varias residencias del exmandatario, incluyendo el Instituto Lula, de sus familiares y de algunos allegados.
Entre las propiedades allanadas figuran un apartamento de playa y una casa de campo que están a nombre de empresarios pero cuya propiedad se atribuye a Lula en un proceso por ocultación de patrimonio y blanqueo de dinero.
El expresidente, contra quien fue dictada una orden de "traslado coercitivo" para que compareciera a la comisaría sin que se le privara de la libertad en ningún momento, abandonó el aeropuerto por una puerta trasera y a la que no tienen acceso ni el público ni la prensa.