Tras la histórica reunión que mantuvieron ambos mandatarios en La Habana, el presidente de Cuba destacó el diálogo aunque habló de "concepciones distintas sobre muchos temas, como la democracia, los derechos humanos, la justicia social y las relaciones internacionales”. Mientras que el jefe de Estado norteamericano advirtió que su país seguirá reclamando el derecho del pueblo cubano a decidir su destino
El presidente de Cuba, Raúl Castro pidió al presidente Barack Obama levantar el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos y otras restricciones al tiempo que el mandatario cubano y Barack Obama se comprometieron a avanzar en la normalización de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones, otrora enemigas acérrimas de la Guerra Fría.
"Este es un nuevo día", dijo Obama parado en un atrio al lado de su homólogo Castro después de que ambos jefes de estados celebraran una reunión en el Palacio de la Revolución de La Habana.
En una declaración que marca un hito histórico en ambos países, Castro alabó las recientes medidas del gobierno de Obama para relajar los controles hacía Cuba y que el mandatario isleño calificó de positivas pero aún insuficientes. Pidió de nuevo a Estados Unidos que devuelva a Cuba la base naval ubicada en la Bahía de Guantánamo y el levantamiento del embargo comercial.
"Las últimas medidas adoptadas por su gobierno son positivas, pero no suficientes", dijo Castro.
Obama llegó a Cuba con la promesa de hacer presión sobre los líderes cubanos en temas de derechos humanos, libertades políticas, y diciendo que su sola visita implicaba la promoción de los valores estadounidenses en la isla.
Castro, a su vez, le devolvió la pelota a Obama cuando le dijo que en Cuba era inconcebible que un gobierno no garantizara a su gente atención sanitaria, educación, alimentación y seguridad social, en clara referencia a Estados Unidos.
Castro también dijo que Cuba defiende "los derechos humanos" y que "los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales son indivisibles, interdependientes y universales".
Castro ratificó la “predisposición al diálogo” iniciado con Estados Unidos aunque dejó claro que ambos países mantienen “diferencias que no van a desaparecer" porque tienen "concepciones distintas sobre muchos temas, como la democracia, los derechos humanos, la justicia social y las relaciones internacionales”.
En el Palacio de la Revolución, tras reunirse con Obama -parado a su lado-, Castro remarcó que la isla se opone “al doble rasero en materia de derechos humanos” y reseñó que le expresó al mandatario estadounidense su “preocupación por la situación de desestabilización que se intenta en Venezuela, inconveniente para el continente”.
Castro destacó como “resultados sorprendentes” los conseguidos desde que su país y Estados Unidos anunciaron su decisión de restablecer las relaciones bilaterales, y repasó los acuerdos ya terminados y los que se “están negociando” en otras varias áreas.
“Empresas cubanas y sus contrapartes estadounidenses trabajan en posibles operaciones comerciales en el marco aún restrictivo de las regulaciones en vigor”, señaló Castro en referencia al vigente bloqueo, en una declaración leída tras terminar su reunión con su parBarack Obama, en la conferencia conjunta.
En tanto, Obama afirmó que "el destino de Cuba no debe ser decidido por EEUU o ningún otro país", aunque advirtió que su país seguirá reclamando el derecho del pueblo cubano a decidir su destino. "El futuro de Cuba lo tienen que decidir los cubanos y no por nadie más", aseveró Obama.
En su primer día completo en Cuba, Obama colocó una corona floral ante el monumento a José Martí, un héroe cubano de la independencia, antes de acudir a las oficinas presidenciales de Castro.