Un abrazo grande y los mejores deseos para las familias de Mar del Plata y Batán, que lo merecen todo.

Alguien podría decir que, muchas veces, las expresiones que desean felicidad pueden ser más una buena intención que una realidad posible. ¿Podemos ser felices en el dolor o en las incertidumbres? Siento que sí.

Es la primera Pascua que no esta mi vieja, hace cinco que no esta papá, extraño estar todos los días al pie del cañón luchando por cada vecino como lo hicimos durante ocho años gobernando Mar del Plata, veo con dolor que se empiezan a perder cosas logradas con mucho esfuerzo, también han querido ensuciarnos.

Pero el amor es más fuerte, como dice la canción: Las hijitas crecen, Lucila está al lado, firme y dulce como siempre y siempre seremos militantes de nuestras ideas. Claro que hubo tropezones, pero enseñan. El futuro nos invita, y nos pide más compromiso con la vida y más esfuerzo.

Creo que podemos intentar la felicidad siempre. Hacen falta una fe y una determinación de aferrarnos a lo bueno, a lo sano, al amor.

Felices Pascuas de nuevo. Gracias siempre por todo.

Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.