El equipo del "Oveja" Hernández venció en vibrante partido a Quilmes por 102 a 96 y sigue como escolta de la Conferencia Sur.
Peñarol se quedó con una nueva edición del clásico marplatense al vencer anoche a Quilmes, 102 a 96 en tiempo suplementario, y se quedó con una importante victoria que lo confirma como escolta en la Conferencia Sur de la Liga Nacional de Básquetbol.
El goleador del partido fue Walter Baxley al anotar 26 puntos. Fabián Sahdi, autor de 24 tantos y 9 asistencias fue la figura. Se destacaron también Nicolás Brussino 19 y Luca Vildoza 23, grandes protagonistas en un partido de alto vuelo.
El partido tuvo un comienzo reñido y sin un claro dominador. Quilmes fue el primero en sacar ventaja cuando logró sorprender y atacar el aro con sus dos extranjeros (5-0). Peñarol se encontró con un buen planteo defensivo de su rival sobre el juego interno, especialmente sobre las pelotas a Moss, pero encontró respuestas cuando Leo Gutiérrez encestó dos oportunos triples que despertaron delirios en la tribuna y preocupación en el banco Tricolor.
El juego dio un giro cuando el Milrayitas se apoyó más en Nicolás Brussino y ajustó la defensa en la línea de pases. El Cervecero perdió fluidez en ataque y le costó marcar sin cometer infracciones. Peñarol no dejó pasar la oportunidad y castigó para plasmar diferencias en el marcador. Sin embargo, un tremendo bombazo de Junior Cequeira cerró el primer cuarto con una distancia no tan grande: 22-18.
Un parcial 8-2 imprimió en el tablero las intenciones de Quilmes de dar pelea. Ya sin Walter Baxley (10) ni Ivory Clark en cancha, Luca Vildoza y Maxi Maciel se cargaron la ofensiva a sus espaldas y con éxito. Diego Romero tomó protagonismo imponiendo su juego bajo el aro y su equipo recobró el liderazgo del tanteador.
Ante la sorpresiva reacción cervecera, Peñarol contestó con su arma letal: los triples. Dos de Luciano Massarelli y tres de Fabián Sahdi le devolvieron la tranquilidad a su equipo después de un pasaje por demás parejo. Y ya sin la misma facilidad de juego de Quilmes, el conjunto de Sergio Hernández cerró la primera mitad con una ventaja mayor (51-43).
Con la misma intensidad se abrió el segundo tiempo. Las defensas volvieron a marcar el ritmo de un partido ajustado y físico. Quilmes mantuvo la lucha por la remontada y con buenos momentos de Luca Vildoza empezó a arrinconar a su rival. Peñarol ante la presión supo contestar con un encendido Fabián Sahdi.
Si bien el marcador siguió en manos milrayitas, el desarrollo se empezó a teñir de rojo y negro. Con un trabajo de hormiga y consistente, Quilmes logró recortar ventajas ante un Peñarol que manejaba la pelota pero no concretaba los putos suficientes. El final del parcial, un lujo digno de un clásico: un impresionante triple desde la mitad de la cancha y sobre la chicharra de Luca Vildoza imprimió en el tablero un 69 a 67 con promesa de gran final.
El triple de la joven estrella de Quilmes fue el inicio de un gran momento de Quilmes en el partido. Porque no sólo encontró puntos importantes con Walter Baxley, sino también le frustró cuatro ofensivas consecutivas a Peñarol que sólo logró sumar desde la línea. Con esa potencia, el Tricolor volvió a conquistar el tablero (77-73) y llenó de incertidumbre el encuentro.
Leo Gutiérrez fue clave en el final. Cuando el elenco Cervecero había estirado a 8 la diferencia, el capitán milrayitas mostró sus credenciales y a pura garra puso a su equipo a tiro a falta de dos minutos para el final (83-82). Sin embargo, el partido se cargó de infracciones, la temperatura fue en aumento y el que más sufrió ese escenario fue Peñarol: perdió cuatro jugadores por cinco faltas, entre ellos Leo Gutiérrez.
Pese a tener las circunstancias en contra, el conjunto de Sergio Hernández logró forzar un suplementario, ayudado por la baja eficacia desde la línea de Quilmes en el final.
Quilmes fue un cúmulo de errores a la hora de atacar y Peñarol logró ser más frío para tomar el control. El debutante Kennedy Winston sostuvo el resultado facturando las infracciones recibidas, pero una triplazo de Nicolás Brussino definió un fantástico encuentro.
Fuente: Télam