Isaías Hurtado, quien fuera detenido por estar acusado de reducción a la servidumbre, explotaba a los “fieles” de su congregación religiosa en una panadería. Pero no sólo eso: también les hacía tomar créditos en entidades bancarias que luego eran utilizados para el beneficio del culto que profesaba.
Los datos surgen de la investigación realizada por la Fiscalía Federal N°2, que conduce Nicolás Czizik. Por pedido del investigador se allanó este lunes un chalet situado en O’Higgins al 300 donde funcionaba el supuesto “Ministerio religioso”, donde Hurtado fue detenido acusado del delito de trata de personas y reducción a la servidumbre. Otras cuatro personas también fueron apresadas, entre ellas la pareja de Hurtado, y cuatro propiedades más fueron allanadas: una de ellas es la panadería. De los procedimientos fueron rescatadas diez víctimas, aunque serían más.
Según revelaron fuentes de la justicia federal consultadas, los cinco detenidos son, además de Hurtado, su pareja Patricia Padilla Coronado, Joel Opazo, Luis Cortez y Caleb Esteban Alday. Mañana martes serían llevados hasta el Juzgado Federal que dirige Santiago Inchausti, a prestar declaración indagatoria.
La investigación del Ministerio Público Fiscal de la Nación demostró que al menos desde julio del 2007, Isaías Nelson Hurtado, junto a su pareja Patricia Soledad Padilla Coronado, y otras tres personas, habrían captado, trasladado y acogido a diversas personas, con el fin de reducirlas a la servidumbre y explotarlas laboralmente, entre otros delitos, de los cuales también resultarían ser víctimas como abusos sexuales, amenazas y estafas.
La causa se inició a través de una denuncia recibida a partir de una actividad de difusión del MPF, que dio cuenta de lo que sucedía dentro del templo, pero también advirtió que había un expediente tramitando ante la Justicia Provincial
A través de una “pantalla” constituida a partir de un supuesto “Ministerio religioso” con mensajes de fe y la existencia de un “ser superior”, la maniobra delictiva fue atraer a personas que suelen encontrarse en situaciones de vulnerabilidad (marcada por su edad, estados de depresión por circunstancias familiares adversas, entre otras) y congregarlas en reuniones “religiosas” que se desarrollaban en “El Templo”, ubicado en calle O'Higgins 333, lindante a la vivienda particular de Hurtado y su familia.
A partir de allí, eran reducidas a la servidumbre a efectos de que prestasen diferentes funciones en el “Ministerio”, realizando tareas de limpieza, reteniendo sus salarios en caso de que tengan empleo en otro sitio, lograr la obtención de préstamos en distintas entidades financieras para beneficio de los investigados, los cuales luego nunca les son abonados generándoles deudas, como así también conducirlos a trasferir sus bienes a la congregación.
Asimismo, las víctimas, tal como lo han relatado en sus declaraciones, habrían sido objeto de violencia física y psíquica, habiendo recibido amenazas, tanto ellas como su entorno familiar, al intentar “salir” de la congregación.
De acuerdo a las pruebas colectadas, la explotación laboral también se concretaría través de la panadería “Della Familia”, situada en Diagonal Vélez Sarsfield 37, en la que trabajaban distintos “fieles” de la Iglesia bajo las órdenes de Isaías Hurtado y Luis Cortez, fuera de todo régimen de registración laboral y en exclusivo beneficio del “Ministerio”.
Todo esto, realizado en abuso de la situación de vulnerabilidad de las víctimas, lo que se evidencia en las necesidades económicas que poseen algunas de ellas, en el abuso de la condición de extranjeros, como así también en el alejamiento que algunos tienen de sus familiares, crisis de índole sentimental y emocional en las que se ven inmersos, entre otras que han quedado de manifiesto a lo largo de la investigación.
Del expediente surge también que a partir del dominio ejercido sobre la voluntad de las víctimas, la organización investigada habría desplegado maniobras tendientes a estafar a sus “fieles”. Se observó la posible apropiación de un inmueble perteneciente a una de las fieles, y presuntas defraudaciones a través del uso de tarjetas de crédito de terceras personas. A su vez, se señala que existen serios indicios de que Hurtado habría abusado sexualmente de cinco mujeres, dos de ellas tendrían hijos en común.