El Tribunal Arbitral del Deporte rechaza la petición del Comité Olímpico Ruso para evitar el veto a Isinbayeva(FOTO) y otros 67 deportistas
El TAS ha sentenciado que no habrá atletas rusos en los Juegos de Río y al hacerlo otorga cobertura legal a una exclusión total del deporte ruso en la cita olímpica, una de las posibilidades que estudia el Comité Olímpico Internacional (COI) para castigar el dopaje de Estado en Rusia.
El organismo presidido por Thomas Bach anunciará la próxima semana una decisión que puede desencadenar, a dos semanas de Río, una de las crisis más graves del movimiento olímpico.
El organismo presidido por Thomas Bach anunciará la próxima semana una decisión que puede desencadenar, a dos semanas de Río, una de las crisis más graves del movimiento olímpico.
Rusia es una de las grandes potencias el atletismo mundial y tenía preparado un equipo con 68 atletas, liderado por la una de las reinas del atletismo mundial de la última década, la plusmarquista de pértiga Yelena Isinbayeva, doble campeona olímpica y triple campeona mundial.
La decisión del TAS, anunciada el jueves al mediodía, ha confortado y sorprendido al mundo del deporte. Confortado porque supone que una serie de hechos denunciados en varios informes de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) no quedarán sin sanción. Sorprendido, porque para alcanzarla los tres árbitros de la corte suprema deportiva, el italiano Luigi Fumagalli, el norteamericano Jeffrey G. Benz y el británico James Robert Reid, han debido romper, en aras de un bien mayor como la limpieza de las competiciones, con conceptos antes sacrosantos, como la presunción de inocencia y la no retroactividad de los reglamentos.
El 13 de noviembre pasado, viernes, pocos días después de que un primerinforme Pound de la AMA sacara a la luz cómo en connivencia con la IAAF Rusia había logrado que no se sancionaran decenas de positivos, el presidente de la IAAF, Sebastian COE anunció la suspensión inmediata de la federación rusa. Eso significaba que ningún atleta ruso podría participar en ninguna competición organizada fuera de sus fronteras, incluidos grandes mítines, Mundiales, Europeos y Juegos Olímpicos.
En junio pasado, después de un segundo informe Pound, un informe de la agencia antidopaje británica (UKAD), encargada de controlar a los rusos en Rusia, y los avances del informe McLaren, la IAAF constató que no había avances en la lucha antidopaje, antes al contrario, la irregularidades se multiplicaban, y que ningún atleta ruso que no hubiera sido controlado fuera de Rusia podía probar su limpieza. La federación de atletismo rusa seguiría suspendida, pero la IAAF permitiría participar en Río a aquellos atletas que demostraran que no se habían dopado.
En el artículo 22.1A del reglamento mundial del atletismo, norma por la que se rigen todas las competiciones, incluida la olímpica, Coe dictó la ley de la presunción de culpabilidad, que el COI apoyó y el TAS ha legitimado. Ese artículo excepcional señala que podrán participar en competiciones los atletas de una federación suspendida por el mal funcionamiento de sus sistemas de lucha contra el dopaje si ese deportista hubiera residido largo tiempo fuera de Rusia y sus muestras, por lo tanto, no se hubieran analizado en el tramposo laboratorio de Moscú. Estos atletas que cumplieran los requisitos, de todas maneras, competirían como “atletas neutrales”, sin derecho a bandera ni a himno, representándose a sí mismos. También se admitiría a título individual a aquellos atletas que hubieran denunciado el sistema, un párrafo unipersonal redactado para premiar a la ochocentista Yulia Stepanova, quien castigada por dopaje había hablado para acusar a los responsables.
Después de examinar las peticiones de inscripción de los atletas rusos para Río, la IAAF solo aprobó la de la saltadora de longitud Daria Klishina, que lleva años residiendo en Estados Unidos. Los demás, apoyados por su comité olímpico, que también se personó, recurrieron al TAS pidiendo en primer lugar participar bajo la bandera rusa o, en su defecto, como atletas neutrales. Su principal argumento fue que ninguno estaba suspendido por dopaje y que todos se habían sometido a los reglamentos de la IAAF mientras su federación existía y que después han estado a disposición de quien hiciera falta. También subrayaron que no se puede modificar un reglamento un 17 de junio y darle carácter retroactivo, pues nadie podía antes seguir unas normas que no existían.
Al no admitir su demanda, el TAS da valor legal al controvertido artículo 22.1ª, un artículo propagandístico en el fondo, no sin tener que hacer de tripas corazón sus árbitros, tal como se refleja en uno de los párrafos, en el que muestran “su preocupación por la inmediata entrada en vigor con carácter retroactivo de tal regla, aplicada desde el 17 de junio de 2016 para proporcionar criterios que permitieran competir a atletas de federaciones nacionales suspendidas. Tal regla describe criterios basados en una larga actividad previa a su entrada en vigor y, en la práctica, no ofrece a los atletas que reclaman ninguna posibilidad de poder cumplirlas”.
El lunes pasado, justo en vísperas de la vista en la sede del TAS en Lausana del caso ruso, el informe McLaren añadía más detalles a la corrupción de la lucha contra el dopaje en Rusia, que había permitido que se dieran como negativos 377 positivos de deportistas rusos de al menos 20 deportes olímpicos de verano, no solo atletas. Tras su publicación la AMA, un organismo financiado al 50% por el COI y presidido por uno de sus miembros, el británico Craig Reedie, pidió la inmediata exclusión de Rusia de los Juegos de Río.
(Foto: Reuters)