El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la procesión y la misa central de la comunidad de la Parroquia de la Asunción de la Santísima Virgen de Mar del Plata, ubicada en Santa Fe 2973.
Concelebraron el párroco del lugar, el presbítero Luis Albóniga y otros sacerdotes jóvenes. Gran cantidad de fieles, se dieron cita en el templo para celebrar este "día de la Virgen", solemnidad de precepto para todos los católicos.
La procesión comenzó minutos después de las 11 y recorrió las calles del barrio de la ciudad, por Santa Fe, hasta Garay de allí hasta Buenos Aires, y retomando por Roca, nuevamente hasta Santa Fe. Durante el trayecto los jóvenes animaron con la oración del rosario y con las canciones.
En la homilía, monseñor Marino expresó "en la solemnidad de la Asunción de la Virgen, sentimos que nuestra alma se viste de fiesta al contemplar a María compartiendo con su Hijo Jesucristo el triunfo sobre la muerte y su reinado sobre toda la creación. La mirada se eleva para contemplar una deslumbrante belleza, 'un gran signo' que Dios nos hace en ella. Un signo de alegría y de esperanza que debemos interpretar".
"Su Asunción no es lejanía sino mayor proximidad. Su gloria nos beneficia a todos porque amplía su real capacidad de misericordia sobre todos los hombres. Por eso, este día es motivo de inmensa alegría, porque la más alta reina es la más solícita servidora. Su grandeza y su gozo coinciden con su aptitud para la compasión. El poder que le reconocemos le viene de su amor tan extenso como las fronteras de la gracia de su Hijo", manifestó el obispo.
Finalmente concluyó su homilía, diciendo "pidamos a la Virgen gloriosa, en este Año de la misericordia, ser ya desde nuestra condición terrena signos del mundo nuevo que anhelamos, mediante nuestra capacidad de llevar a la práctica las obras de misericordia corporales y espirituales. Y digámosle con filial confianza y ternura: Reina y Madre de misericordia… vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”.
Al finalizar la eucaristía, el pastor de la Iglesia Católica, bendijo una imagen de San Nicolás de Myra, que será colocada en la Iglesia Ortodoxa Rusa de nuestra ciudad. La llevaba en sus manos el cónsul honorario de la Federación de Rusia en Mar del Plata, Jorge Kuznetzov. Al salir del templo todos los fieles, pudieron disfrutar de la música que interpretó la banda del GADA 601.