La Justicia condenó a dos personas por el asesinato del taxista Luis Severians(FOTO) en noviembre de 2008. César Luna fue condenado a 14 años y 8 meses de prisión, mientras que a Alcides Luna le dieron 13 años. Por su parte, la mujer que había escondido el arma fue condenada por un año y medio por encubrimiento, aunque dicha pena quedó en suspenso.
Los dos hermanos acusados de matar al taxista Luis Severians en noviembre de 2008 fueron condenados como coautores de homicidio en ocasión de robo tras el juicio abreviado que acordaron las partes y que consideró admisible el Juez Aldo Carnevale.
César Luna fue detenido en abril del año pasado en Entre Ríos, mientras que su primo Milton se entregó un mes y medio después. La mujer que escondió el arma utilizada en el crimen también fue condenada como autora penalmente responsable del delito de encubrimiento agravado.
Casi ocho años después de que el taxista recibiera dos balazos durante el robo que sufrió en la calle Magallanes entre 216 y 218 y a seis años de que se absolviera a un joven que estuvo incorrectamente detenido, la Justicia condenó a los primos César Alcides Luna a catorce años y ocho meses de prisión y a Milton Luna a trece años como coautores del hecho. Los hermanos seguirán detenidos en el complejo carcelario de Batán, mientras que la pena de un año y medio de prisión en suspenso a María Susana Espinoza –detenida por otro hecho- quedó en suspenso.
La intervención de los hermanos Luna quedó debidamente probada gracias a las testimoniales que se recabaron durante la nueva investigación. Así pudo probarse que esa madrugada los hermanos ascendieron al taxi de la víctima en la esquina de La Pampa y Luro para trasladarse hasta 214 y Magallanes donde le quitaron el celular y la recaudación mientras lo golpeaban. César Luna le disparó y se fue corriendo a su casa ubicada en inmediaciones del lugar.
Otros testigos detallaron el reconocimiento de los hechos que dieron los hermanos los días siguientes al crimen y el camino que siguió el revólver calibre 38 que fue ofrecido a la venta en el barrio pero que rechazaron porque “habían matado a un taxista”. Espinoza tomó el arma con un repasador y lo enterró –luego de romperlo y prenderlo fuego- en un baldío ubicado en la calle 214.
Tras descartar eximentes de la responsabilidad penal y valorar como atenuantes y agravantes los que fueron convenidos por las partes, el Juez Aldo Carneval condenó a César Luna, Alcides Luna y María Espinoza. La sentencia fue remitida a las Unidades Penales 15, 44 y 52 donde las tres personas están detenidas respectivamente.