Marcelo Pérez Peláez
Abogado especializado en Comunicación Política
"Bienaventurados los que están en el fondo del pozo, porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando". Una frase de Serrat que parece inspirada en la actualidad política, social y cultural marplatense.
Sabemos que el cantor catalán no obtuvo su musa inspiradora pensando en estas regiones y sus particularidades ciudadanas. También podemos estar seguros que la otrora ciudad "feliz" ha caído en los abismos más recónditos y oscuros. Quién sabe cuál de los infiernos del Dante podría ilustrar una Mar del Plata sumida en la pobreza, la narcocriminalidad y la ausencia de un estado, que ni siquiera puede cumplir con lo mínimo.
Estamos definitivamente en manos de Dios...y de Vidal, si se decide definitivamente tomar cartas en el asunto y hacerse cargo de la clase de candidato que eligió el PRO para gobernar nada más, ni nada menos que el Partido de General Pueyrredón.
La situación no da para más y se tejen versiones de llamados anticipados a elecciones, obras magníficas y de todo el apoyo desde la provincia hacia la desdichada MDQ. Sea cual sea la solución a esta crisis, su búsqueda radica en el hecho de la importancia que esta ciudad tiene. Mar del Plata es, como lo dijo la gobernadora en su última visita, la ciudad del país. El gobierno nacional y provincial la necesitan como vidriera y es por eso que no van a dejar avanzar el incendio desatado en los últimos meses por la falta de gestión e ineficiencia política del jefe comunal.
En la lógica política el temor y la necesidad son elementos decisivos y es por ello que en los últimos días estamos escuchando anuncios de ayuda para la ciudad. Temor a un estallido a fin de año y la necesidad de una temporada "aceptable" en la capital turística del país en un verano pre electoral nos hacen prever que lo peor ya pasó, que algo mejor podremos estar en los próximos meses.
Suerte que vivimos acá y no en cualquier otro lugar de la provincia, dónde las repercusiones de un desastre como este pueden pasar más o menos desapercibido. Lástima que, pese al potencial natural y humano que tenemos, sigamos dependiendo del "grifo" de la nación y la provincia hasta para lo más básico.
"Todo infortunio esconde alguna ventaja", expresa el mismo tema del trovador Joan Manuel, lo que me lleva a cerrar con la reflexión de que este intendente nos servirá para tomar conciencia de lo que votamos y la necesidad de candidatos con proyectos claros, que potencien las virtudes de esta maravillosa ciudad.
Ayer le contaba a un amigo que padezco una especie de Síndrome de Estocolmo con esta ciudad, de la cuál soy nativo y a la que amo profundamente (pese a todo). Él me dijo que la culpa es de los políticos y que habría que modificar la ley electoral para permitir la venta de alcohol horas antes del comicio: "ya votamos sobrios y mira como nos va", expresó risueño.
Bienaventurados los marplatenses que nos estamos dando cuenta que hay parte de la clase dirigente que no está a la altura de las circunstancias, y que depende de nuestro voto cambiar las cosas. Tal vez necesitamos de una realidad como ésta para darnos cuenta que tocamos fondo y podemos salir adelante, primero con ayuda para luego demostrar que nuestra riqueza y potencial puede volver a ser ejemplo nacional.
Seamos optimistas. ¡Somos la ciudad de los argentinos!
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.