Envuelta en una bandera de Cuba y de madera de cedro, la urna con las cenizas, que reposaba en la sede del ministerio de las Fuerzas Armadas, salió a las 7:15 del edificio a manos de dos soldados.
En una breve ceremonia militar, los soldados colocaron la urna en el remolque decorado con flores blancas para iniciar su viaje a Santiago. Para dar el último adiós a los restos mortales del líder, un cordón de gente estaba listo en esa plaza, donde anoche se celebró un acto multitudinario de despedida y muchas de las personas pasaron la noche en vigilia.
Una multitud ordenada y silenciosa abarrotó los alrededores de la plaza, la céntrica calle 23 de la barriada del Vedado y el malecón, en un cordón controlado por militares, por todo el recorrido por donde pasó también el cortejo fúnebre con los restos incinerados de Castro.
El silencio fue sepulcral durante todo el recorrido, pero se rompió cuando la caravana giró desde la calle 23 al emblemático malecón habanero, donde se escucharon gritos de "Viva Fidel" o "Yo soy Fidel", mientras ondeaban banderas cubanas.
Tras salir de La Habana, el cortejo parará en varios pueblos hasta llegar a Santa Clara, donde pasará la noche, precisamente en la ciudad que alberga el mausoleo de Ernesto "Che" Guevara.
Ese monumento lo mandó construir el propio Fidel Castro en 1997, cuando se hallaron en Bolivia los restos de su amigo argentino, fallecido 30 años antes.
Las cenizas viajarán por toda la isla durante cuatro días en el trayecto inverso de la "Caravana de la Libertad", el recorrido que los barbudos de Sierra Maestra, liderados por Fidel, realizaron entre en enero de 1959 al triunfar la Revolución. Fidel Castro murió el pasado viernes 25 de noviembre a los 90 años en La Habana.