pidió este sábado, "alejarnos de la idea de cambio mágico", al advertir que el camino del crecimiento "es de un ladrillo arriba del otro" porque, remarcó, "cualquier atajo que queramos tomar nos vamos a volver a dar la piña".

Al término del encuentro que encabezó con su gabinete en la residencia presidencial de Chapadmal, el mandatario comenzó una conferencia destacando el intercambio de su Gobierno con la prensa, al señalar que "fue muy malo para el país haber perdido este ejercicio tantos años".

A poco de cumplir el primer año de gestión, consideró que "haber sincerado las bombas" que "dejaron en la economía" durante el kirchnerismo "fue la base para empezar a crecer", a la vez que destacó que hacia futuro "hay que generar trabajo de calidad porque ese es el camino para reducir la pobreza".

"Yo no me enteré de muchas cosas acá porque todos los días trabajo con cada ministerio. Así que esto fue para compartir horizontalmente lo que estaba haciendo cada uno", reveló sobre el encuentro que comenzó el jueves.

Consultado sobre una eventual autocrítica en estos casi doce meses de gobierno, respondió: "Yo les dije a los argentinos cuando me votaban que no era infalible, cuanto más uno hacía más falible me volvía, porque es así la vida".

"Yo dije que no era mago, que para ver un mago vayan a ver (David) Copperfield, pero en esa ansiedad se generó una expectativa de cambio mágico y de eso hay que alejarnos", apuntó el jefe de Estado, quien juzgó que "cualquier atajo que queramos tomar nos vamos a volver a dar la piña" porque "este camino es un camino de un ladrillo arriba del otro".

Sin embargo, sostuvo que "me comprometí a acertar mucho más de lo que me equivoco", no obstante enfatizó que "lo central del aprendizaje de 2016" fue "entender que este es un proceso, hay que saber manejar los tiempos bien y en la ansiedad uno se equivoca con los tiempos".

"Uno tiene que tener cuidado de llevar las cosas en el tiempo justo y tal vez en el frenesí de la campaña las expectativas de todo esto se transformaron", sentenció el mandatario, quien insistió en que "nos tenemos que alejar de la idea de líder mesiánico".

Durante el contacto con la prensa, que duró poco más de 17 minutos, sostuvo que el ocho que le puso como calificación a su gestión, indicó: "La evaluación que hice, que tampoco es científica, era la evaluación de lo que habíamos hecho. Ocho es una buena nota que marca que uno debe y puede seguir mejorando".