El cobro del ingreso a los 46 bingos radicados en la Provincia se enmarca en una serie de medidas acordadas en las últimas semanas entre el gobierno de María Eugenia Vidal y la oposición para la sanción tanto de esa norma como del Presupuesto.

Es que, además, se prevé incrementar el porcentaje del impuesto a los Ingresos Brutos que pagan las salas de juego, que pasará de 12 a 14 puntos.

El cobro de entradas a los bingos fue propuesto por los legisladores que responden a Sergio Massa en el marco de las negociaciones por el Presupuesto.

La idea es que esos recursos se distribuyan por mitades iguales entre los municipios donde funcionan los bingos y el gobierno bonaerense, para “la lucha contra la ludopatía”.

En forma paralela, comenzó a alumbrar otro mecanismo que supone, sí, un incremento de la presión fiscal sobre los operadores del juego. Se trata del aumento de la alícuota de Ingresos Brutos.

En el gobierno bonaerense algunos funcionarios avanzaron con este tema pero finalmente se frenó cuando desde algunos sectores se alertó que un incremento de 7 puntos en la alícuota como el que se proponía, podría derivar en despidos en el sector.

Así, el gobierno de Vidal mandó a la Legislatura el proyecto sin cambios en la presión impositiva para las salas de juego. Pero apareció en escena el Frente para la Victoria.

El peronismo planteó un incremento de entre 2 y 3 puntos de la alícuota de Ingresos Brutos, que es lo que finalmente quedaría plasmado en la iniciativa.

Según diversas estimaciones, por el cobro de entradas a los bingos podrían recaudarse unos 800 millones de pesos que serán repartidos entre las salas de juego y el Ejecutivo, para el financiamiento de campañas contra la ludopatía.