El escritor Andrés Rivera que, a través de sus obras dio voz a los hombres despojados del conurbano y con su literatura testimonial rescató figuras de la historia argentina como Rosas y Castelli, murió este viernes a los 88 años, en la ciudad de Córdoba, informó su secretaria.
El escritor, autor de "El farmer", "La revolución es un sueño eterno", que había sido bautizado al nacer en diciembre de 1928 como Marcos Ribak, falleció a las tres de la madrugada en un hospital cordobés, donde había sido internado luego de sufrir una fractura de cadera, que le provocó una septicemia y le causó la muerte.
Rivera, que había nacido en el barrio porteño de Villa Crespo y fue obrero textil al igual que su padre, vivía en Córdoba, desde hace un año junto a su esposa Susana Fiorito. Sus restos serán cremados, informaron fuentes allegadas al escritor.
"Es uno de los últimos grandes, y ayer murió Laiseca", lamentó Alberto Díaz, editor de Seix Barral, sello que publicó muchos de sus últimos libros.
Rivera "siempre tuvo una coherencia política inclaudicable, y una obra que fue un orgullo. Lo conocía desde hacía muchos años, porque hacía doce años que era su editor. Ahora iba a publicar 'Ese manco paz' y 'Cría de asesinos', señaló Díaz, en diálogo con Télam.
"La obra de Rivera abarca dos grandes bloques: sus novelas históricas que fueron excusas para hacer reflexiones sobre la Argentina, el poder y la pérdida del poder; y los libros donde abordó la realidad de la clase obrera, y a partir de su experiencia personal, como obrero, se hizo marxista", reflexionó Díaz.
Rivera había obtenido en 1992 el Premio Nacional de Literatura por "La revolución es un sueño eterno" y durante su trayectoria había escrito más de treinta libros, y los últimos libros publicados fueron "Estaqueados", "Guardia blanca" y "Kadish".