En una escena inusual para una ceremonia de asunción presidencial en Estados Unidos, diferentes movilizaciones de protesta surcaron la capital estadounidense, que en tono festivo pero también con roturas de vidrieras de bancos y comercios, derivaron en corridas y en la detención de al menos 200 personas.
"Numerosas personas" fueron detenidas en Washington "por intentar interferir en las celebraciones" de la asunción de Donald Trump a la Presidencia, fue la información inicial brindada por la policía local en relación a los arrestos llevados a cabo en las protestas que sucedieron antes y después de la ceremonia.
"Varios heridos leves, 200 detenidos y daños significativos" en establecimientos y vehículos, fue el saldo de los disturbios según la información difundida en un comunicado por Peter Newsham, director interino de la Policía de Washington.
Las escaramuzas continuaban incluso cuando Trump partió con la comitiva en la caravana presidencial que lo llevaba hasta la Casa Blanca y por momentos se escuchan silbidos y gritos de repudio con el flamante mandatario.
"Es una pena que haya tenido que ocurrir. Sabíamos que iba a ser un día largo. Cualquiera que piense que puede venir aquí y violar la ley, nos lo vamos a llevar detenido", agregó Newsham. Sin embargo, la cadena CNN habló de, al menos, 95 detenidos durante la jornada.
En una ciudad blindada por el operativo de seguridad para evitar manifestaciones, numerosos opositores consiguieron igualmente protestar por la llegada de Trump al poder en varias columnas que tuvieron distintas improntas, desde un tono lúdico y festivo hasta acciones violentas que emprendieron contra diferentes comercios de Washington.
Desde bien temprano, decenas de manifestantes de organizaciones de derechos humanos y de izquierda, entre ellas Black Live Matter (las vidas negras importan), se juntaron frente a varios puestos de control que permiten la entrada a las celebraciones y, por momentos, lograron frenar la entrada del público.
Con bailes, banderas arcoiris y carteles de "No a Trump", decenas de manifestantes se concentraban en las entradas del público a los diversos puntos de la Avenida Pensylvania o la explanada del National Mall, desde donde pueden contemplar la investidura quienes no poseen los pases oficiales.
Voceros de las organizaciones informaban a media mañana que su intención era bloquear el ingreso de los simpatizantes del flamante mandatario, pero también tratar de demorar el inicio de la ceremonia de asunción.
Rápidamente la Policía apartó a los activistas a empujones y liberó una zona con un cordón humano integrado por decenas de efectivos para improvisar un corredor para que los simpatizantes de Trump pudieran acceder al predio para seguir la asunción.
La escena, que incluyó forcejeos y empujones pero no detenidos, en contraste con una situación de más tensión que se vivió cuando grupos de anarquistas también intentaron frenar el ingreso de asistentes a la ceremonia y fueron desarmadas por la policía a fuerza de gases lacrimógenos.
En su retirada, los manifestantes identificados con el Black Block, un especia de fuerza de choque de los grupos radicales, emprendió contra varios comercios, especialmente contra cadenas multinacionales como Mc Donalds y Starbucks, pero también contra sede bancarias a las que les rompieron lo vidrios a piedrazos.
En un tono totalmente opuesto, la ONG DCMJ convoco a centenares de personas en una de las protestas más particulares de la jornada.
Reclamando la continuidad de la política de despenalización de marihuana, la organización distribuyó cientos de porros entre los presentes, como forma de alertar sobre una hipotética marcha atrás durante la administración Trump del proceso de liberalización de su consumo en Estados Unidos.
Entre los participantes, una gran mayoría de críticos del nuevo presidente, también podía verse más de un simpatizante del magnate neoyorquino que se convirtió hoy en el 45to. presidente estadounidense.
Por la tarde, luego que Trump se trasladara desde el Capitolio a la Casa Blanca, los manifestantes buscaron bloquear el camino por el que transitará el desfile presidencial previsto para las 15 hora local.
En un virtual juego del gato y el ratón, las protestas se trasladaban de uno a otro de los cuatro puntos "sensibles" en los que los manifestantes especulaban que podrían romper el vallado policial.
Las fuerzas de seguridad por su parte, respondieron las arremetidas con gases lacrimógenos y eventuales cargas que dispersaban a los manifestantes que, lejos de las filas de antidisturbios, se volvían a reunir para hacer un nuevo intento o para replegarse hacia alguno de los otros puntos.
Los ciudadanos de Nueva York se sorprendieron cuando un pequeño avión con una pancarta anti Trump recorrió varios puntos de la ciudad.
"Somos muchos más que él! Resistan!", se leía en el cartel que portaba el avión que pudo verse sobre el río Hudson y que fue replicado por muchos neoyorquinos a través de las redes sociales.
También en diferentes puntos del mundo impactó la asunción del magnate a la Presidencia de uno de los países más poderosos del mundo.
En Londres, decenas de miembros de diversos grupos activistas se reunieron en nueve puentes diferentes a lo largo del río Támesis. Mientras que en España, el partido izquierdista Podemos se sumó a la campaña contra Trump con el despliegue de una pancarta con el lema
"Construyamos puentes, no muros" en el céntrico Puente de Toledo de Madrid.
Protestas similares, pero con escasa concurrencia, tuvieron lugar en una veintena de ciudades de Francia, Alemania, Portugal, Bélgica y Holanda.
En Asia, centenares de personas encabezadas por activistas de izquierda salieron a las calles de Manila, la capital de Filipinas, hacia la embajada estadounidense para pedirle al presidente Rodrigo Duterte que esté alerta frente a Trump y mantenga una política exterior independiente respecto a Estados Unidos y reclamaron la retirada de las tropas estadounidenses de Filipinas.
En tanto en África, un grupo separatista de Nigeria denunció hoy que once de sus miembros fueron muertos durante una acción represiva de la policía en momentos en que participaban de una marcha en el sur del país para celebrar la llegada de Trump a la Casa Blanca.
La policía no obstante, negó que haya habido muertos en el incidente, aunque admitió que actuó para "prevenir la violación de la ley y el orden", de acuerdo con una declaración pública del portavoz Nnamdi Omoni.