“Quiere volver a boxear y colaborar con una ONG que asiste a personas próximas a recuperar la libertad”, contaron los abogados que asumieron su defensa desde marzo del año pasado, los letrados platenses Juan Pablo Marti y Luis Rivera.
Fueron ellos quienes le recomendaron a Barrios “aceptar la condena y desistir de las apelaciones, para poder entrar en la etapa de ejecución y acceder así a los beneficios excarcelatorios”, explicaron.
El ex campeón mundial superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) fue condenado a tres años y siete meses de prisión por el homicidio de Yamila Rodríguez, la joven embarazada que murió en un choque en cadena que él provocó y luego del cual escapó a alta velocidad, permaneciendo algunas horas prófugo hasta que se entregó en una comisaría marplatense.
El jueves pasado Barrios accedió a la libertad asistida, que es controlada por el Patronato de Liberados y exige el cumplimiento de una serie de condiciones, como fijar un domicilio estable; abstenerse de consumir alcohol y drogas; no concurrir a fiestas donde pueda entrar en contacto con estas sustancias, someterse a un tratamiento psicológico y, claro está, no cometer un delito.
“La Hiena” debe cumplir a rajatabla con estos requisitos hasta el agotamiento de la pena, lo que sucederá en algunos meses. Si incurre en una falta, el juez de ejecución podría devolverlo a la cárcel.
“El está arrepentido”, dice Rivera, apuntando que Barrios “se quebró y está dispuesto a hablar con la madre (de Yamila) para pedirle perdón en persona”.
Por ahora “La Hiena” está inhibido de volver a manejar, aunque “tampoco está interesado en saber a partir de cuándo podría pedir el beneficio”, aclaró Marti, porque “lo único que quiere es cumplir con la ley”, insistió.
Barrios empezó a cumplir su condena en noviembre de 2014, primero en la Unidad Penal 15 de Batán y luego en la 25 de Olmos. En virtud de los informes de buen comportamiento que presentó el Servicio Penitenciario, el magistrado hizo lugar al pedido de libertad asistida, que no tuvo oposición en el Ministerio Público Fiscal. Y el jueves pasado “La Hiena” volvió con su familia.
Cuentan los abogados que el boxeador no fue maltratado dentro de la cárcel, aunque tuvo entredichos con algunos presos y “acusó el golpe del servicio”. En estos años de encierro hizo cursos de computación, cestería y trabajó en las panaderías, además de entrenar “como podía”.
Ahora quiere volver al ring, “porque no tiene dinero y ése es su trabajo”, coincidieron los defensores. Mientras tanto, en la justicia civil sigue pendiente el reclamo millonario que la familia de la víctima interpuso contra el boxeador.
Fuente: El Día