Apenas 10,3% de los brasileños aprueba el gobierno del presidente conservador Michel Temer, frente a 14,6% que lo estimaba óptimo o bueno en octubre, reveló ayer una encuesta de opinión.
Según la encuesta realizada entre el 8 y el 11 de febrero por el instituto MDA para la Confederación Nacional de Transportes (CNT), 44,1% de los brasileños considera al gobierno malo o pésimo, un empeoramiento de más de siete puntos (36,7%) respecto a octubre.
La evaluación del desempeño personal del mandatario también sufrió una fuerte degradación: 62,4% de los encuestados lo desaprueba (eran 51,4% en octubre) y 24,4% lo aprueba (eran 31,7% hace cuatro meses).
Temer asumió el poder de forma provisoria en mayo pasado y fue confirmado en agosto, tras la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, de quien era vicepresidente, acusada por el Congreso de manipular las cuentas públicas.
El jefe de Estado lanzó un programa de ajustes con la intención de enderezar el país, sumido en su peor recesión en más de un siglo, antes de las elecciones de fines de 2018.
Pero a pesar del retroceso de la inflación y de los récords sucesivos de la Bolsa, por primera vez en mucho tiempo Lula lidera la intención de voto para esos comicios, que también muestran un avance de la ultraderecha en las preferencias (ver aparte).
La encuesta, realizada con un universo de 2.002 personas y un margen de error de 2,2 puntos porcentuales, analiza posibles escenarios para las elecciones presidenciales de 2018.
Por otra parte, Temer, negó ayer ser un “censor de la prensa” al defender el recurso del gobierno que derivó en que un juez de Brasilia prohibiera a los diarios Folha de San Pablo y O Globo publicar el contenido de una causa judicial en la que fue extorsionada la primera dama, Marcela Temer.
Lo hizo en un comunicado divulgado por el vocero presidencial, Alexandre Parola, al afirmar que el recurso del gobierno contra la publicación de las notas periodísticas se debió a una ley para proteger la privacidad de las personas.
Gran parte del arco político brasileño, incluido un sector del oficialismo, más las asociaciones patronales de prensa y la Orden de Abogados de Brasil, fustigaron el recurso del gobierno que acogió el juez Hilmar Raposo Filho, que determinó el levantamiento de todas las notas periodísticas sobre el caso de la esposa de Temer. “El presidente de la República notó que se le intentó imputar el mote de enemigo y censor de la prensa”, dice el comunicado oficial.
En abril pasado, un hacker copió el contenido del teléfono celular de Marcela Temer en San Pablo, entonces la esposa del vicepresidente, en medio del juicio político que se le abría a la luego destituida Dilma Rousseff de la presidencia.
El hacker amenazó a la primera dama de “enlodar a Temer” con los audios que había en el celular y a cambio había pedido unos 100.000 dólares para silenciar el contenido.
Un equipo especial de la policía del estado de San Pablo detuvo al hacker y le confiscó los audios, cuyo contenido no está incluido en la causa judicial en la que el extorsionador fue condenado, cuatro meses después, a cinco años de prisión en una de los procesos más rápidos de la historia penal brasileña, según Folha de San Pablo.
El Grupo Folha denunció censura y apeló el fallo.
Fuente: DPA