La ex presidenta Cristina Kirchner dijo este martes que es "objeto de una persecución judicial y mediática" sin antecedentes con un "aparato de propaganda" sólo comparable al de "gobiernos totalitarios", al calificar de "descabellada" la acusación en su contra en la causa Los Sauces, por la que se presentó a declaración indagatoria.
"Resulto objeto de una persecución judicial y mediática que no registra antecedentes en nuestro país, al menos en los períodos democráticos y que en mi caso particular se extiende a mis hijos Máximo y Florencia Kichner, en especial a esta última", sostuvo en un extenso escrito que entregó al juez federal Claudio Bonadio la ultima mujer Presidente de la Nación.
Tras el cambio de gobierno "se armaron en mi contra dos causas y se impulsaron otras dos que ya existían" por parte de "legisladores opositores a mi gobierno, que luego fueron ampliamente difundidas a través de un aparato de propaganda que sólo registra comparaciones con el que tuvieron a disposición gobiernos totalitarios", agregó.
En su nueva visita a Bonadio, quien ya la procesó en la causa dólar futuro, la ex presidenta advirtió en el descargo que la acusación en su contra como supuesta integrante de una asociación ilícita, cohecho, lavado de activos y negociaciones incompatibles "es descabellada" y pidió ser sobreseída.
La ex presidenta aludió a un "panorama escandaloso" al repasar las causas judiciales en su contra y dijo que lo enfrenta "como una ciudadana más".
La ex presidenta llegó a Comodoro Py 2002 minutos antes de las 9, entró por un acceso lateral tras saludar brevemente a través de un vallado a cinco seguidoras, empleadas judiciales, que habían logrado franquearse el acceso a ese sector restringido y estuvo en el juzgado sólo 20 minutos con su abogado, Carlos Beraldi.
Minutos antes de su llegada, un grupo de diputados y seguidores intentó acceder a la puerta por donde se planificó el ingreso pero debieron quedarse a unos cien metros, tras un vallado que cerraba el acceso en el cruce de avenida Antártida Argentina y Letonia, por una decisión de los responsables de la seguridad de impedir el ingreso.
Tras una breve discusión aceptaron la medida y aguardaron a la ex Presidenta en ese lugar, para escoltarla en su retirada a bordo de un vehículo blanco. Cuando llegó a los tribunales fue recibida con aplausos y vítores por un grupo de seguidores que la aguardaba desde temprano y que también la despidió de la misma manera.