Dos individuos se presentaron en una casa y abrieron fuego contra un hombre de 50 años. Allí, tomaron de rehén a la mujer, a quien obligaron a que los lleve con su cuñado, de 43 años, a quien también ultimaron.
Una mujer fue testigo de manera forzada del crimen de su marido y de su cuñado. En lo que se investiga como un posible ajuste de cuentas por drogas, dos hermanos fueron asesinados a balazos por dos delincuentes que primero atacaron a uno de ellos en su domicilio y luego se llevaron cautiva a su esposa hasta la vivienda de su cuñado en la calle Frenguelli al 6000.
Los asesinos están prófugos y son intensamente buscados por la policía, bajo directivas del fiscal marplatense Juan Pablo Lódola.
El hecho comenzó cuando dos hombres se presentaron en una casa situada en Frengueli al 6000, donde fueron atendidos por Luis Romero, de 50 años.
Ni bien abrió la puerta, le gritaron: “¡Hijo de puta, me querías matar!”. Y sin más le efectuaron tres disparos y lo asesinaron en el acto. Los atacantes capturaron a la mujer de Romero y, por la fuerza, la hicieron caminar unos 500 metros hasta la casa de su cuñado, Marcelo Romero, de 43 años, quien al abrir la puerta recibió dos tiros, uno en la cara y otro en el pecho, que le provocaron gravísimas heridas. Los criminales liberaron a la mujer de la primera víctima y escaparon.
La mujer llamó al 911 y trasladó a su cuñado herido hasta el Hospital Interzonal "Dr. Oscar Alende", donde murió debido a las graves lesiones sufridas.
Los pesquisas creen que los homicidios están vinculados a un ajuste de cuentas por comercialización de drogas, ya que en las casas de las víctimas hallaron envoltorios de cocaína y un arma calibre 32.
La mujer estaba en estado de shock y los funcionarios judiciales esperaban poder tomarle declaración testimonial. Mientras, se trabajaba sobre las cámaras de seguridad de la zona para ver si hay algún rastro de los delincuentes.
También se investiga la posible relación entre las víctimas y sus victimarios para poder dar con ellos. La droga hallada en la casa y que fueran a asesinarlos sin mediar palabra hace que los investigadores se inclinen por la posibilidad de que se trate de un ajuste de cuentas.
Además, no se entiende para qué sometieron a la mujer a presenciar los asesinatos, y especulan si esto fue un mensaje que querían enviar a otras personas a través de ella.
Tampoco hubo faltante de dinero en ninguna de las dos casas donde se produjeron los ataques. Se busca establecer si las víctimas estaban siendo amenazadas.
Los peritos trabajaban en el lugar en la búsqueda de algún rastro. En principio, además de la mujer, no se hallaron testigos que hayan visto lo sucedido.