Emisarios del presidente brasileño Michel Temer celebraron reuniones este fin de semana de cara a la reacción de los mercados, luego del desplome de casi 11 puntos de las acciones del frigorífico JBS, el mayor exportador de carnes, a raíz de la denuncia de la Policía Federal.
El escándalo de la “carne podrida” puede ser letal para los negocios agropecuarios y las exportaciones brasileñas a Europa y Estados Unidos, que exigieron explicaciones.
El viernes fue desplegado el “Operativo Carne Débil”. Según las autoridades, éste fue el “mayor operativo policial”, con 1.100 efectivos en seis estados para desmantelar una red de corrupción entre frigoríficos y el ministerio de Agricultura, que permitía –a cambio del pago de sobornos– la venta de carne en mal estado, adulterada con el uso de químicos para mejorar su aspecto, y la falsificación de etiquetas con la fecha de vencimiento o la inclusión de alimentos no adecuados para el consumo en la elaboración de embutidos.
Los dos principales exportadores de carne, los frigoríficos JBS y BRF, fueron denunciados por estafar al público con carnes en mal estado, y el sábado fue detenido otro ejecutivo de esas empresas en San Pablo.
Las autoridades brasileñas garantizaron que “no existen riesgos sanitarios” con las carnes producidas en el país, sea para el consumo interno o la exportación, y minimizaron el descubrimiento de una mafia dedicada a adulterar esos productos. El secretario del Departamento de Defensa Agropecuaria del Ministerio de Agricultura, Luiz Eduardo Pacifici Rangel, destacó que es necesario “tranquilizar a la sociedad”, ya que los casos de adulteración de carnes fueron “puntuales” y todos detectados por las autoridades, que ante esa denuncia han reforzado los controles y las inspecciones a empresas del sector alimentario.
Sin embargo, las consecuencias económicas de este caso pueden ser graves, como ya se vio el viernes con la caída de 2,3% de la Bolsa de Valores de San Pablo.
Los exportadores de carnes reconocieron que las investigaciones presentadas el viernes por la Policía Federal tendrán un efecto demoledor. “Esta es la mayor crisis de la historia del mercado de carnes”, reconoció el presidente de la Asociación del Comercio Exterior de Brasil, José Augusto de Castro. El representante de los exportadores prevé un duro golpe en las ventas hacia el mercado externo debido a la “pérdida de competitividad” de las carnes brasileñas.
El tema tuvo impacto en importantes medios internacionales. Por caso, el diario The New York Times escribió que el caso de la carne podrida suscita “dudas sobre la industria agropecuaria en Brasil, un pilar relativamente firme de la economía de ese país que intenta recuperarse de escándalos colosales”. En tanto, el británico Financial Times publicó que en el escándalo están envueltos “políticos del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB)”, al cual pertenece Temer. “Las investigaciones van a causar preocupación sobre la industria de carne brasileña, que creció en la última década hasta convertirse en una de las más importantes del mundo”, puntualizó el diario.