El desarrollador Gustavo Ortolá, tesorero de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV) coincidió con Gómez al afirmar que "en los últimos 15 años los desarrolladores trabajamos sin crédito. Nos preocupábamos más cómo fondearnos, como financiarnos, en vez de priorizar el proyecto".

"Somos muy optimistas con el vigor que está teniendo el crédito hipotecario, que es el gran movilizador de la construcción.

Desde la AEV habíamos impulsado los créditos ajustables por inflación. Estamos contentos con la situación. En la medida que baje la inflación, los préstamos se extenderán", auguró.

Dijo que también el sector de los desarrolladores se encuentran a la espera de créditos intermedios de parte de la banca para los productos a desarrollar.

"Ahora los créditos hipotecarios están volcados a productos terminados, denominados escriturales, listos para la venta, porque hay mucho stock de departamentos sin vender. Hay que desarrollar también créditos para productos en construcción desde el pozo", describió.

Como hace muchos años que los bancos no prestan a desarrolladores inmobiliarios, recién se encuentran armando equipos de análisis de riesgo e investigación de mercado.

"En ese campo tienen que empezar de cero", evaluaron coincidentemente los operadores del mercado inmobiliario.

Con respecto al dinero proveniente del blanqueo, Gómez explicó que en el sector minorista se trata de "montos pequeños que la gente tenía en cajas de seguridad o en una caja fuerte, y luego de tenerlos inmovilizados por seis meses en una cuenta bancaria a partir de abril se liberan y parte de ellos podrán volcarlos al sector inmobiliario", estimó.

"Eso lo vemos en las consultas que nos llegan a las inmobiliarias", señaló Gómez. "Tomamos reservas de clientes interesados en comprar inmuebles, que harán el desembolso total en el momento en que se libere el dinero del blanqueo", ejemplificó.

Respecto de la operatoria mayorista, Gómez informó que armaron cinco Fondos Comunes de Inversión (FCI) volcados al sector inmobiliario y que lograron reunir u$s 170 millones.

"Es una incipiente actividad en el mercado de capitales para financiar al sector inmobiliario", indicó y recordó que para participar de esos fondos la contribución mínima era de u$s 250.000.

Por su parte, Gustavo Ortolá dijo que en materia de blanqueo, además del dinero inmovilizado que una vez liberado en parte se volcará al sector, y del dinero de los Fondos Comunes de Inversión, hasta fines del corriente mes y ahora, con una prórroga hasta abril, los contribuyentes podrán declarar patrimonio inmobiliario en la Argentina y en el exterior.

"Eso además de ser una carga impositiva para el Estado movilizará al sector inmobiliaro porque algunos de esas propiedades se volcarán a la venta", estimó.

Los préstamos hipotecarios, la mayor liquidez y un dólar estable hace que los precios de las unidades aumenten.

Un informe de la Fundación UADE indicó que el precio del metro cuadrado a estrenar en la ciudad de Buenos Aires se encareció 10,2% en dólares en el 2016.

Según este estudio, el valor promedio del metro cuadrado de una vivienda a estrenar se ubicó en los u$s 2.715 en diciembre del 2016, un 10,2% más que el mismo mes del 2015, en tanto, el metro cuadrado de una propiedad usada se ubicó en un promedio de u$s 2.237, tras subir 5,2%.

"Todo esto hace que sea buen momento para invertir en inmuebles", dijo Gómez y ejemplificó que el buen período que atraviesa el campo, con una cosecha récord y gran inversión en maquinarias, hace que el dinero excedente sea volcado en el sector inmobiliario.

A criterio del titular de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), Alejandro Juan Bennazar, el blanqueo de capitales fue prorrogado "por su buen resultado" y confió que aportará a la "reactivación del mercado".