Macron obtendría 65,5% de los votos, superando a la candidata del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, quien alcanzaría el 34,5% de los votos.
En la recta final de una campaña política en la que el debate estuvo centrado en la cuestión de "más o menos Europa" y el refuerzo de la seguridad pública tras la ola de atentados que en los últimos años sufrió Francia, Macron se presentó como la opción de centro, ajeno a los casos de corrupción y la crisis de credibilidad que azotaba a los partidos mayoritarios, frente a la ultraderechista y xenófoba Marine Le Pen.
Tras su victoria en la primera vuelta, prácticamente todo el establishment francés encumbró como candidato moderado a este hombre de 39 años, nacido en Amiens, en el hoy empobrecido norte de Francia, en el seno de una familia de la alta burguesía de la provincia.
Macron, quien hoy se convirtió además en el presidente más joven de la historia de Francia, empezó su carrera profesional en el sector privado, mientras militaba en las filas del Partido Socialista (PS). Se graduó en Filosofía en la Universidad de París de Nanterre y en Ciencias Políticas en el reconocido Instituto de Estudios Políticos de París, popularmente conocido como Sciences Po, una de las universidades más prestigiosas y elitistas de Francia.
Sin embargo, posiblemente haya sido su paso por la Escuela Nacional de Administración, la facultad en la que son formados la mayoría de los funcionarios que terminan en los cargos más importante del Estado francés, la que le abrió las puertas del poder, el privado y el público.
Pese a que cumplió con todos los pasos necesarios para convertirse en un político, esa no fue su primera elección: en abril de 2010, hace apenas siete años, en una entrevista con la revista interna de la Science Po, Rue Saint Guillaume, Macron aún se veía lejos de la vida pública.
"Hoy no estoy listo para hacer las concesiones que imponen los partidos, es decir, pedir disculpas por ser un hombre joven, blanco y universitario, pedir disculpas por haber aprobado concursos (para cargos públicos) de la República, que son abiertos a todo el mundo", reveló.
Ya para entonces se había convertido en un influyente ejecutivo de la Banca Rotschild, una institución financiera bautizada por algunos medios franceses como "el banco del poder".
Desde la Banca Rotschild, que lo contrató en 2008, Macron cultivó estratégicas amistades que cuatro años después lo sentaron a la derecha del actual presidente, Francois Hollande, como secretario general de la Presidencia, y, sólo dos años después, como ministro de Economía.
El ala izquierda del PS cuestionó a Hollande el nombramiento de Macron, quien dentro del partido siempre se ubicó como referente del sector más liberal y partidario del libre mercado, una parte del oficialismo que sólo conserva de sus raíces socialdemócratas una férrea defensa de las libertades individuales.
Macron fue ministro de Economía durante dos años. En ese período, el desempleo aumentó en el país y el gobierno aprobó una reforma laboral que reivindicó las demandas de las empresas en detrimento de los derechos laborales, y que fue resistida, sin éxito, por los sindicatos.