Con una gran participación de fieles y devotos de la Virgen, se realizó este sábado el festejo central con motivo de los 100 años de las apariciones en Fátima, Portugal. La eucaristía fue presidida por monseñor Antonio Marino, obispo de la ciudad en el templo dedicado a la Virgen María en dicha advocación, ubicado en Alberti 1364.
Estuvieron presentes el párroco del lugar, Fray Marcelo Corleto; el vicario provincial de los agustinos recoletos y anterior párroco de la comunidad Fray Darío Quintana, entre otros sacerdotes que se sumaron a este gran festejo.
Con la procesión se inició la actividad central, y la misma recorrió las calles Güemes, Roca y Olavarría. Al llegar al templo, la Banda de la Base Naval interpretó las estrofas del Himno Nacional, mientras la Virgen de Fátima engalanada con gran cantidad de flores ingresaba al templo. Los fieles arrojaban pétalos a la imagen de María y vivaban con sus pañuelos saludando a la Virgen al pasar. El templo estuvo colmado de fieles, que incluso siguieron la celebración desde afuera donde había pantallas gigantes para seguir la celebración.
“Hace un siglo, una pequeña aldea llamada Cova da Iría, situada tres kilómetros al norte del pueblo de Fátima, comenzaba a cobrar fama y agitación crecientes. Se difundía el rumor de unas apariciones de la Virgen a tres niños: Lucía dos Santos de diez años, y sus primos Francisco Marto de nueve, y su hermana Jacinta de siete años”, inició diciendo el obispo en su homilía.
“Podemos resumir los contenidos de las revelaciones empleando palabras del Santo Padre, pronunciadas hace un año: ‘María nos invita una vez más a la oración, a la penitencia y a la conversión. Nos pide que no ofendamos más a Dios. Advierte a toda la humanidad sobre la necesidad de entregarse a Dios, fuente de amor y de misericordia’. En continuidad con estas palabras del Papa, podemos comentar que María aparece en su papel intercesor ante Jesús y como maestra de la fe, guiando hacia Cristo, plenitud de la revelación de Dios: ‘Hagan todo lo que Él les diga’. Ella es el rostro femenino y materno, que el mismo Jesús ha querido asociar a su obra redentora, para reflejar los rasgos también maternales del Padre misericordioso”, detalló el obispo.
“Fátima nos ayuda a vivir la Revelación de Cristo en nuestro tiempo”, concluyó el obispo. Luego de la homilía se rezó la oración de consagración al corazón Inmaculado de María, compuesta por el papa San Juan Pablo II.
Finalizada la distribución de la comunión un grupo vocal realizó el Ave María en honor a la Virgen de Fátima, acompañados en piano por el músico Horacio Soria. Minutos después Fray Marcelo Corleto, agradeció la colaboración de cientos de miembros de la comunidad que “como hormiguitas viene trabajando desde hace un año en los preparativos de este gran festejo”.
También leyó los saludos y adhesiones enviados por este festejo, desde el superior de la Orden de los Agustinos Recoletos en Roma, hasta la gobernadora María Eugenia Vidal y el ministro de culto de la Nación, Santiago de Estrada, entre muchos otros. Para coronar la celebración se compartió un ágape fraterno en el colegio San Agustín y cerraron con un show fuego artificiales.