El exdiputado Rodrigo Rocha Loures, que había sido sorprendido con una maleta en la que portaba 150.000 euros, va a prisión por oden del juez que investiga la gran trama de corrupción del Lava Jato
El cerco se se ha estrechado más sobre el presidente Temer este sábado tras la orden de encarcelamiento de un exasesor y exdiputado de su máxima confianza. El detenido, Rodrigo Rocha Loures, fue sorprendido días atrás con una maleta en la que portaba medio millón de reales -unos 150.000 euros- entregados por el presidente del imperio cárnico JBS, Joesley Batista, el delator cuyo testimonio ha motivado la apertura de una investigación judicial a Temer por obstrucción a la justicia y corrupción. Roucha Lores era el intermediario que el propio Temer había indicado a Batista en una conversación en la residencia oficial del presidente que el empresario grabó de forma subrepticia.
Rocha Loures ha sido en los úiltimos años una de las personas más próximas al actual presidente de Brasil. De ahí que su papel en las negociaciones con el empresario Joesley Batista, conocido hace dos semanas, hubiese agravado enormemente la situación de temer. Batista, en su conversación con el presidente, pide que diversos organismos del Gobierno tomen decisiones a favor de su grupo empresarial. Temer señala entonces al empresario que canalice todas esas gestiones a través de su asesor Rocha Loures. Días después, cuando Batista ya estaba colaborando con la justicia, la Policía Federal grabó a Rocha Loures en una pizzería de São Paulo recibiendo una maleta de un emisario del dueño de JBS. Dentro había 500.000 reales. Según el fiscal general de la República, Rodrigo Janot, ese soborno fue recibido por el ahora encarcelado en nombre de Temer. La versión de Batista es que el pacto con el asesor presidencial incluía la entrega de esa cantidad semanalmente durante la friolera de 20 años.
Hasta ahora el hombre de confianza de Temer había logrado esquivar la cárcel por su condición de diputado, que le concede blindaje frente a una solicitud de prisión preventiva. Pero su comprometida situación legal había encendido todas las alarmas en el entorno del presidente, sobre todo después de que varios medios brasileños informasen de que Rocha Loures estaba meditando pactar una confesión premiada ante la justicia. El propio Temer, preguntado esta semana por la revista Istoé, sobre si teme una delación de su hombre de confianza, fue incapaz de ofrecer una respuesta concluyente: "No lo creo. Pienso que es una persona decente. Dudo que haga una delación. Y dudo que me vaya a denunciar".
Rocha Loures perdió hace unos días su blindaje legal tras un paso en falso de Temer. El presidente decidió relevar al ministro de Justicia, Omar Serraglio, cuyo escaño en la Cámara de Diputados estaba ocupado interinamente por el ahora encarcelado. Temer ofreció a Serraglio otra cartera, la de Transparencia, pero este la rechazó y decidió recuperar su condición de parlamentario. Y Rocha Loures quedó entonces a los pies de los caballos. El magistrado instructor de la Lava Jato en el Tribunal Suprermo, Edson Fachin, que hasta entonces había desestimado las peticiones de la fiscalía de encarcelar al exasesor presidencial alegando su condición de diputado, rectificó y a primera hora del sábado ordenó su ingreso en prisión.
El nuevo revés contra Temer llega además en vísperas de una cita decisiva para su supervivencia política. El próximo martes, el Tribunal Superior Electoral comenzará a juzgar una solicitud de inhabilitación de la expresidenta Dilma Rousseff y del propio Temer por supuesta financiación ilegal de la campaña que ambos compartieron en 2014, la primera como cabeza de cartel y el segundo como candidato a vicepresidente. Todo apunta a que el instructor del caso propondrá esa inhabilitación, sobre la que luego tendrá que pronunciarse el pleno del Tribunal. Los aliados políticos de Temer aguardan la cita como el momento culminante para decidir si le mantienen su apoyo o deciden definitivamente precipitar la caída del Gobierno.