Como ocurre desde hace algunos años, los bancos de todo el país aguardan el visto bueno del BCRA para avanzar con el segundo ajuste de comisiones en lo que va del año.

Si bien se aplican con una frecuencia semestral, lo cierto es que sea cual sea el próximo porcentaje promedio, el costo que deben solventar los clientes por abrir y operar con una cuenta corriente, utilizar una chequera o hacer extracciones por cajero automático ya es casi el doble del que se les cobraba a esta altura de 2016.

Los distintos ítems

La brecha entre los más baratos y los más caros se mantiene en prácticamente 3 veces, pero los valores cambiaron notablemente. Es lo que pasa con el costo de mantenimiento de cuenta corriente: en abril 2016 iba de los $59 que cobraba el Credicoop hasta los $185 del Macro

Actualmente, oscila de $111,32 a $321,86, respectivamente. Esto es, entre un 80 y 90% de aumento.

Contar con un talonario de cheques (50) hace un año iba desde los $28 (Galicia) y podía superar los $100 (Nación, Macro). Hoy, el Supervielle, con $169,40 mensuales, secunda al Macro, indiscutido número 1 entre los bancos donde tener una chequera es más caro ($193,60). En el otro extremo aparece Santander Río, el que menos cobra por ese concepto ($41,75) y así desplazó a Credicoop ($48) y Galicia ($60).

Por otra parte, las extracciones en cajeros también muestran la evolución. En la misma red, otra entidad: en abril 2016 subió hasta $14,70.

En la misma entidad, otra sucursal: $12,84. Hoy oscila entre los $25 y $30 por transacción.

En ese aspecto, el Santander Río, es el único de los bancos rankeados entre los primeros 10 del país que cobra por el uso del cajero fuera de casa operativa de la entidad (supermercado o centro comercial, por ejemplo), como si se operara con otro cajero de la red Banelco pero de otra entidad

En cuanto a tasa efectiva anual, los bancos con los índices más elevados son el BBVA Francés, con 95,60%, y el mismo Galicia (93,76%).

A la espera de precisiones de la matriz de la entidad sobre los próximos incrementos, y como reflexión Sawiak admite que “más allá de la necesidad de actualizar indudablemente un aumento afecta la evolución de la inflación”.