Lo manifestó el dirigente lucifuercista, José Rigane, al regresar de la Conferencia Internacional del Trabajo, que todos los años se realiza en Ginebra, Suiza, coordinada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Participó junto a una delegación de la Central de Trabajadores de Argentina Autónoma, de las comisiones y asambleas que reúnen los temas de discusión vinculados a los derechos de los trabajadores. La Conferencia nuclea a representantes de los Trabajadores, los Empleadores y los Gobiernos de casi 200 países, y discute una agenda común de temáticas acordadas en los meses previos.
En diálogo con el programa radial “El Brote” del Sindicato de Trabajadores Universitarios (APU), el dirigente explicó que “esta conferencia estuvo en el marco de lo que viene sucediendo desde 2012 cuando comenzó una ofensiva muy fuerte de la patronal, tratando de poner mayores límites a la existencia de algunos convenios internacionales y fundamentalmente intentar ir contra el derecho a huelga. Buscan que deje de ser una normativa internacional y se convierta en una normativa regulada en cada país, de acuerdo a las necesidades de cada lugar. En el fondo, buscan que el derecho a huelga, derecho fundamental de los trabajadores, desaparezca. Esta fue una de las propuestas del sector empresarial que se condice con lo que venimos diciendo hace mucho tiempo: el capitalismo mundial impulsa la idea de que la mejor organización sindical es la que no existe, porque ¿qué sentido tiene desarrollar un Sindicato si no hay derecho a ejercer la huelga?”.
Rigane explicó también que limitar el derecho a huelga es, por ejemplo, “quitarle la espontaneidad. En Mendoza, se realizan masivas movilizaciones de todos los sectores sindicales porque están siendo judicializados, acusados de violar la normativa provincial que limita el derecho a huelga. Es un verdadero disparate que esto suceda en el marco de la democracia. Queda claro que vivimos en una democracia formal, y que por momentos tiene carácter represivo”.
Desde la CTA Autónoma, denunciaron ante la OIT al Ministerio de Trabajo de la Nación por la injerencia en el movimiento obrero y la vida de las organizaciones sindicales, por no respetar los derechos democráticos, la legislación, e intentar inmiscuirse en la organización de los sindicatos, realizar persecuciones y criminalizar la protesta social en varias provincias.
También, en conjunto con la CTA de los Trabajadores, presentaron otra denuncia contra la política de ajuste que implementa el Gobierno Nacional. Rigane explicó que, “con claro perjuicio al movimiento obrero y a los sectores populares, hay una ofensiva que se enmarca en el momento internacional, para afectar los derechos del conjunto del movimiento obrero”.
Por último, el dirigente explicó cuál es el clima interno dentro de la OIT: “como en años anteriores, nos encontramos con diferentes corrientes, con concesiones a la patronal para lograr mantenerla dentro del ámbito tripartito. Algunos creen que, de desaparecer este ámbito, se extingue la posibilidad de que, en el marco del diálogo, se puedan abordar estos temas e intentar una solución. Estamos viviendo un claro retroceso de los derechos del movimiento obrero mundial, con ataques permanentes: trabajo forzoso, trabajo esclavo, pérdidas de derechos y sin justicia social. En este contexto, esas ofensivas de los empleadores hacen que algunos sectores del movimiento obrero estén buscando el consenso. Algunas reuniones buscaron mantener el consenso, pero nosotros denunciamos ¿con quién y qué tipo de consenso plantean? A los trabajadores nos pasan por arriba sin inconvenientes, en tanto no estemos organizados para enfrentar esas políticas de sometimiento. No se puede hablar de consenso en la OIT y luego volver a nuestros países y estar en contra de los atropellos que vivimos. Ese clima se vive, porque algunos representantes están muy preocupados de que la OIT no se rompa. Para nosotros esta no es la cuestión, sino que decimos que no se puede ir en contra de los derechos de los trabajadores”.