A partir del ingreso de miembros de la Prefectura Naval Argentina al Complejo Universitario Manuel Belgrano, la Federación Universitaria Marplatense realiza diversas actividades de difusión acerca del porqué de la autonomía universitaria y expresa su malestar y repudio ante lo sucedido.
Como lo establece la Ley de Educación Superior en su artículo 31, “la fuerza pública no puede ingresar en las instituciones universitarias nacionales si no media orden escrita previa y fundada de juez competente o solicitud expresa de la autoridad universitaria legítimamente constituida”.
Al respecto, la presidente de la FUM, Ana Catelén, expresó: “Desde la FUM, repudiamos enérgicamente el ingreso de las Fuerzas de Seguridad a nuestra Casa de Altos Estudios. El artículo de la LES hace referencia al resguardo de la autonomía universitaria, en el sentido de una Universidad que protege y estimula la heterogeneidad intelectual y social. No podemos desentendernos de que nuestra historia más oscura es reciente: desde planes de estudio que se modificaron; carreras que se cerraron y miles de derechos (humanos) cercenados a estudiantes y docentes desaparecidos y asesinados durante la última dictadura cívico-militar. Tener memoria activa implica que, sin desesperar ni apurarnos, no perdamos la capacidad de correlacionar hechos y entender en qué contexto estamos sumidos, y movilizarnos.”
Por su parte, la vicepresidente de la Federación, Sofía Ardusso, agregó: “el hecho no está aislado, no es una casualidad. Este mismo año la policía ingresaba al predio y reprimía a estudiantes en la UN de Jujuy, en una actividad para la cual contaban con todos los permisos necesarios; también este mismo año la Carpa Blanca de los docentes en Capital Federal fue violentamente aprehendida. Sin ir más lejos, en nuestra ciudad el intendente Arroyo ha ingresado a las escuelas amedrentando directivos, diciendo con liviandad que “hace cuarenta años el marplatense era un ciudadano feliz”. Las tendencias son claras en cuanto al ataque a la educación pública, tanto desde lo económico como desde lo simbólico, y los estudiantes debemos estar unidos para hacer oír nuestra voz”.
Para finalizar, ambas dirigentes concluyeron “es menester que toda la comunidad universitaria se anoticie que este repudio no va en detrimento de los reclamos por más seguridad en la zona aledaña al Complejo Universitario. Conocemos esa necesidad, y seguiremos velando para que sea una realidad. Pero debemos distinguir problemáticas y atender a ambas, preservando la autonomía de la Universidad”.