Este jueves se realizó en la parroquia Sagrada Familia, ubicada en Rondeau 551; una misa para orar por los tripulantes desaparecidos y los fallecidos con motivo del naufragio del barco “Repunte”. La eucaristía estuvo presidida por monseñor Antonio Marino, el párroco del templo, Miguel Cacciutto y otros sacerdotes que se unieron en esta oración. También estuvieron presentes familiares de los barcos marplatenses desaparecidos, “Antonino” y “San Jorge I”.
“Esta misa, quiere ser un espacio ante Dios, por el eterno descanso de las víctimas del barco pesquero Repunte, pero también recordamos a los desaparecidos, y a las víctimas de los últimos naufragios cuyos familiares se asocian también a esta celebración, el barco San Antonino, y San Jorge I. Pero además de pedir por aquellos que no están entre nosotros, esta misa es un acto de solidaridad con los familiares, con los amigos, y con toda la comunidad. Solidaridad del obispo, de los sacerdotes, de la Iglesia de Mar del Plata en su conjunto, imitando la cercanía del Señor con todos aquellos que sufren ante una desagracia”, manifestó el obispo en su homilía esta tarde.
“Jesús vino como luz para iluminar la densidad de las tinieblas de la vida humana. La fe no ahorra el dolor el sufrimiento, pero llena de sentido, ilumina, y va preparando en nosotros la fuerza de la esperanza que tiene que resurgir, porque hay que seguir adelante, pese a todo. Hay un tiempo en el que cuesta asimilar la dureza del dolor, de la pérdida de los que ya no están; la muerte acontece no sólo en los que dejaron sus vidas en el mar, sino en los que quedan; porque son los vínculos más profundos. Todo esto presentamos en la eucaristía, lo unimos en la pasión de Cristo y también al triunfo de su Resurrección”, remarcó monseñor Marino.
Y concluyó “ digo pocas palabras, porque quiero que tengan primacía más los gestos. Sepan que desde el primer momento que me avisaron en Corpus, desde ese momento, ofrecí la misa, y pedí a los sacerdotes que ofrecieran también por estas intenciones acompañando durante todo el tiempo que durase la búsqueda angustiosa. Ofrecer nuestra oración, el santo sacrificio de la misa, es lo mejor que podemos hacer cuando reconocemos que ya humanamente no tenemos más respuestas. El Señor está presente; eso es lo que ustedes tienen que grabar, Él acompaña nuestra tristeza, y nos da fortaleza para seguir el camino, hay que seguir adelante. Que el Señor los llene de luz y de paz en sus corazones, les de el eterno descanso a quienes ya no están y de nuevo repito todo mi afecto, cercanía espiritual con ustedes que es también el afecto y la cercanía de la Iglesia en su conjunto”.
Al finalizar la ceremonia religiosa, el obispo junto al padre Miguel Cacciutto, rezaron la oración del responso por el eterno descanso de las víctimas de los naufragios.