La ministra de Salud bonaerense presentó su renuncia por “motivos personales”. Deja el cargo con hospitales paralizados por acuerdos salariales sin cerrar y una profunda crisis sanitaria.
Tras 19 meses de gestión, la ministra de Salud bonaerense, Zulma Ortiz, presentó su renuncia al cargo esta tarde, según confirmaron fuentes del Gobierno a INFOCIELO. La salida de Ortiz se debió a “motivos personales” y golpea al Gobierno en plena campaña electoral, además de desnudar una verdadera crisis en el Gobierno, que debe afrontar, además, la salida del director del SAME, Gabriel Sánchez Zinny, para reemplazar otro "bache" de la gestión, que se producirá con la salida de Alejandro Finocchiaro de Educación.
El reemplazo de Ortiz será Andrés Scarsi, quien fuera su Jefe de Gabinete durante los primeros meses de la gestión, hasta que renunció para asumir como Viceministro de Salud de la Nación. Scarsi es un dirigente del riñón de Néstor Grindetti, intendente de Lanús.
Scarsi es médico diplomado en Salud Pública en UCES. Tiene en su haber un pasado como secretario de Salud del Municipio de Lanús, Director General de Desarrollo y Planeamiento Sanitario del Ministerio de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Previamente asesoró en diferentes áreas del mismo Ministerio durante más de tres años.
Ortiz jamás se afirmó en el cargo y fueron varias las veces que los rumores de renuncia corrieron. La historia dirá que durante su gestión no se pudo revertir el delicado estado de los 80 hospitales bonaerenses en ninguna de sus facetas: ni desde la infraestructura ni desde la mejora de sus prestaciones.
La ahora exministra llegó al Gobierno con una impronta de técnica y sin recorrido político. Sus pergaminos dentro de la medicina sobran: “Médica Reumatóloga, Master en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud, Universidad de Lanús. Research Fellowship en Epidemiología Clínica e Investigación en Servicios de Salud, Universidad de Ottawa, Canadá. Docente de la UBA. Especialista en Epidemiología de Campo, Universidad de Tucumán. Asesora del Comité de Investigación de la OPS y Asesora en Salud y Nutrición, UNICEF Argentina” se lee en su currículum, en el que entran, además, más de 20 premios e investigaciones y es autora de más de 70 publicaciones nacionales e internacionales sobre la salud.
Su limitación principal fue siempre la política. Arrancó pagando el precio de discontinuar una de las políticas que más frutos le dio a la gestión de Daniel Scioli: las Unidades de Pronta Atención, un eslabón perdido entre una guardia hospitalaria y la sala de primeros auxilios que logró instalar con éxito en distintos puntos del mapa bonaerense.
Más adelante, cosechó algunas tensiones con la UCR. Fue luego de que el exintendente de 9 de Julio, Walter Battistella, responsable de la 2da región sanitaria de la Provincia, esbozara, desde adentro del oficialismo, feroces críticas para con su gestión. A Battistella le sonó el teléfono con un pedido de renuncia, pero quedó en la nada porque todo el radicalismo bonaerense lo bancó, con lo cual Ortiz quedó indefensa.
También cosechó enfrentamientos con el núcleo duro dentro del propio Gobierno, que encarnan el ministro Joaquín De la Torre y el ex secretario de Legal y Técnica –hoy procurador general- Julio Conte Grand.
A esos dos funcionarios se los señala por la marcha atrás que Ortiz debió dar a la adhesión al protocolo de aborto no punible en octubre de 2016, que motivó los más fuertes rumores de alejamiento.
Se suponía que la resolución firmada por Ortiz para adherir a la ley nacional eliminaría las barreras de acceso a esta práctica y regirá bajo las causales de peligro de vida, en resguardo de la salud de la mujer o cuando el embarazo fuese producto de una violación. Fue una decisión intolerable para la corriente más ultracatólica del Gobierno, que presionó para revertirla, lo cual a la postre consiguió.
Meses después, Ortiz desmintió esos rumores. “Hay operaciones políticas y mediáticas. Nunca pensé en renunciar. No pienso hacerlo pero si obviamente poner la renuncia a disposición de la gobernadora que en última instancia es la que me eligió y que en cualquier momento puede prescindir de mis servicios”, sostuvo Ortíz, tiempo atrás.
La fortaleza de la funcionaria alcanzó para que se mantenga en el cargo durante otros siete meses. Hasta que este viernes, decidió dar el portazo.