Tras su participación en los certámenes de Roland Garros y Wimbledon, para juveniles, el tenista marplatense Juan Pablo Grassi Mazzuchi afronta el último Grand Slam del año. Jugará en Montreal, Washington y el US Open
El jugador, formado en la escuela de Tenis del Club Náutico Mar del Plata, bajo las órdenes de Daniel Larreina, partirá el próximo jueves, formando parte nuevamente del equipo oficial de la Asociación Argentina de Tenis e ingresando, por ránking, al cuadro principal del Abierto estadounidense.
Sobre su preparación para esta última etapa en juveniles, ya que luego pasará a jugar varios torneos Future, entre mayores, Juan Pablo manifestó “ Estuve esta semana entrenando en Mar del Plata, gracias a la gente del Ocean Club que me facilitó horarios y canchas rápidas similares a las que puedo encontrar en Estados Unidos. La semana pasada, me tocó entrenar en Buenos Aires, en el CENARD, en Nuñez y también en Liceo Naval. Estoy confiado, muy contento y creo que hay que disfrutar la experiencia, que todo va a ser muy lindo. Me comentaron que todo es muy ruidoso, bien estadounidense, que es el centro del consumismo y totalmente diferente a todo lo que viví hasta ahora”
No arriesgó un pronóstico de sus chances en el US Open, pero aseveró “ Puede pasar cualquier cosa en materia de resultados, yo se que si estoy positivo, bien con mi tenis, puedo pasar cuartos, semifinal y llegar hasta el último día. No se puede saber antes de la competencia, se va dando a medida que avanzas. Intentaré aprovechar y devolver la confianza que puso en mí la Asociación Argentina de Tenis, ya que ellos fueron los que me costearon los pasajes para la gira europea y para ésta. Les estoy eternamente agradecidos por permitirme estar presente en estos torneos de nivel mundial “
Para finalizar, hablando de su paso sobre la verde gramilla inglesa, el jugador tricolor señaló “ No es fácil jugar en césped. Antes del primer torneo pude entrenar nada más que dos días y por eso me fue como me fue en el primer torneo. Todo es muy distinto, la pelota pica menos, en realidad no pica sino que patina, todo es raro. Igual valió la pena vivir Wimbledon, con toda la tradición que tiene el torneo y con la forma en la que lo viven los ingleses. Fue increíble, te tratan como un profesional aunque todavía no lo soy. Me quedé con ganas de tener una mejor actuación, pero espero volver dentro de unos años”.
Foto: Juan Pablo con su entrenador, Daniel Larreina.