¿Concretamente?
El 1º de septiembre un asteroide, como tantos otros, pasará a la friolera de 7 millones de kilómetros de la Tierra, en lo que será su “punto más cercano. Esto equivale a 18 veces la distancia que existe entre la Tierra y la Luna.
Como verán, no es “cerca”.
No es “gigante”; “descomunal”; “inmenso”; “grandísimo” y demás superlativos. Apenas tendría unos 4,4 kilómetros, lo que astronómicamente, no lo coloca en ese sitio.
Su paso no es “peligroso” en lo absoluto. Prueba de ello es que en los listados de CNEOS (Center Near Earth Object Studies) no está siquiera en naranja.
Simplemente, es uno más.
¿Por qué tanto “ruido”?
Porque estará al alcance de los telescopios de aficionados (a partir de cierto tamaño de instrumental y con experiencia) y brindará una gran oportunidad de refinar datos sobre este asteroide, práctica para observación y seguimiento de este tipo de cuerpos celestes.
Para ello, los grandes observatorios y antenas de radar, están listas en todo el globo para seguirlo.
Adjuntamos una imagen del desplazamiento del asteroide Florence, tomada desde Austria, por Michael Jäger, desde su observatorio particular, en Weißenkirchen, el pasado martes 29, el que muestra una magnitud de 8 ó 9, tal como se estimaba sería.
Gentileza : Claudia Pérez Ferrer