En las ultimas horas falleció el Dr. Vicente Justiniano De la Colina uno de los grandes dirigentes que dio el deporte de la ciudad. Había nacido el 27 de agosto de 1929 y desempeñado durante muchos años como abogado en el foro civil y comercial del Departamento Judicial de Mar del Plata.
En el mundo del deporte su actuación fue sobresaliente. Presidio la Asociación Marplatense de Básquetbol y el club Ecuestre de nuestra ciudad donde se lo recuerda permanentemente por su accionar en ambas instituciones.
Asimismo integró el Tribunal de Penas de la Liga Marplatense de Fútbol en el momento que esta realizó la modernización de los Estatutos societarios, los códigos de penas y reglamentaciones internas.
Su nombre quedará escrito en letras de molde por su actuación en el proceso que llevó finalmente a la concreción de la sede de los Juegos Deportivos Panamericanos de 1995 donde formó parte en 1986 de aquella inicial comisión de vecinos que devengaría con el tiempo en el Comité Organizador de los mismos (COPAN 95).
En aquellos largos años de fecunda labor fue integrante de la comisión jurídica donde su labor criteriosa y mesurada se constituyó en fundamental en diversos pasajes del largo camino hasta 1995.
Hoy seguramente se encuentra junto a aquellos que lo antecedieron en la partida como Ángel Roig, Juan Carlos Derosa, Fernando Rodríguez Facal, Pascual Marinucci, Juan José Cáceres, Darwin Manuel, Mauricio Irigoin y Alejandro Martínez Viademonte.
El 30 de marzo de 2005 en el Honorable Concejo Deliberante había recibido junto a sus compañeros de aquel COPAN inicial, que también integraban Jorge De la Canale, Esteban Machi, Carlos Palumbo, Héctor Carnicero, José María Lopetegui, Julio Gayone y Rubén Aguilera el reconocimiento de la ciudad a diez años de la concreción de los Juegos.
En diciembre del año pasado el Círculo de Periodistas Deportivos de la ciudad le entregó el Lobo de Mar al deporte y la cultura por su trayectoria directiva. Fue en reconocimiento a su dedicación de largas décadas y en agradecimiento a su legado para las nuevas generaciones.
Se fue “Coco” De la Colina. Nos deja el sabor amargo de la despedida sin retorno y la alegría inmensa de haber conocido a un ser humano excepcional que brindó lo mejor de si por los demás en todos los ámbitos en que supo destacarse.