Durante la misma, se planteó la necesidad de contar con un ámbito para intercambiar experiencias y conocimientos por parte de los productores, como así para articular con el INTA, la Secretaria de Producción y los ámbitos de investigación y desarrollo de tecnología.

El denominador común fue el aumento de la producción de lúpulo en la zona, impulsada por el crecimiento del sector de cerveza artesanal y el futuro promisorio del mismo. Y resulta auspiciosa la posibilidad de realizar
ensayos, contar con asesoramiento de expertos o poder probar con variedades de calidad certificada, con el apoyo de entes gubernamentales.

El lúpulo necesita de días largos, por eso se están haciendo ensayos y mediciones en Mar del Plata. En la Argentina se consumen 1000 toneladas y se producen apenas 350, con lo cual es necesario importar o plantearse nuevas zonas productivas, más allá del sur.

Existen varios emprendimientos de siembra de lúpulo emplazados en uno de los corredores frutihortícolas más importantes de la Provincia de Buenos Aires, abarcando la zona de Sierra de los Padres, Valle Hermoso y El
Coyunco, entre otras, buscando obtener un producto de calidad.

“Ahora, el gran desafío es buscar nuevas variedades aptas para esta zona y con diferentes perfiles, con notas más frutadas. Cada vez los argentinos disfrutan más de la diversidad de la cerveza artesanal”, indico Cristina
Coria impulsora de varios proyectos en apoyo del sector cervecero.

Nuestro país por sus condiciones climáticas, es el principal productor de Lúpulo de Latinoamérica y posiblemente junto a con Chile, uno de los pocos aptos de la región para ese cultivo.

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