Monseñor Gabriel Mestre, estuvo en la Unidad Penitenciaria Nº 15, donde recorrió los sectores tratamentales y ofició una misa para más de 50 internos, donde algunos de ellos recibieron por primera vez el bautismo, la comunión y la confirmación.
Fue recibido por las autoridades penitenciarias, el jefe del Complejo Zona Este, Omar Herrera, la secretaria de coordinación, Claudia Díaz y el director de la Unidad 15, Pascual Lettieri, además durante la ceremonia religiosa, estuvo acompañado y asistido por el capellán, Prbo. Hernán David y la hermana. Elena Cuk.
Monseñor Mestre se refirió al papel de la iglesia en los penales: “Es parte de la tareas del Obispo esta cerca de todos, de los que están dentro del penal, de los que trabajan en una tarea que no es sencilla, y de aquellos que colaboran de manera totalmente gratuita y generosa como lo es la Pastoral Penitenciaria”.
Y sobre la opción de cambio que puede ofrecer la espiritualidad en un ámbito carcelario remarcó: “Como hombre de fe, pienso que es la única opción realmente válida, y además es sabido que hasta técnicamente que cuando existen situaciones de personas que vienen del delito, de la drogodependencia, sino hay una motivación profunda de fe, de confesión cristiana católica u otra, es muy difícil salir, porque esa persona tiene que volver a una sociedad muy compleja, muy difícil, entonces creo que juega un papel esencial en esta etapa y quizá la más difícil, volver a reinsertarse”.
Al finalizar la misa, el director del establecimiento, Pascual Lettieri, le entrego al Obispo un obsequio como agradecimiento por su visita, que consistió en un reloj de pared que lleva consigo una cruz y la frase bíblica del maestro Jesús: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar”.
La pieza fue realizada por internos del emprendimiento “Liberté”, un taller solidario especializado en la fabricación de relojes de pared de mesa y empresariales, que funciona en el área 2 en los talleres de mediana seguridad.