Miles de fieles se reunieron este sábado por la tarde, para peregrinar junto a la Virgen de Luján, en la 44° Marcha de la Esperanza, que partió pasadas las 16 desde la gruta de Lourdes, bajo el lema “Madre enseñanos a construir la paz”. Con calor, y las nubes que cubrieron el cielo, se desarrolló la tradicional peregrinación rezando, cantando, marchando hacia la Iglesia Catedral donde se rezó la misa al aire libre.
Monseñor Gabriel Mestre, por primera vez como obispo de Mar del Plata, encabezó la marcha y la realizó con mucha alegría, profundidad y sencillez. A su paso, muchos lo saludaban, le pedían bendiciones, hubo quienes le ofrecieron mate y también lo animaron a aplaudir e incluso a sumarse a algún pequeño baile. La postal de la Marcha de la Esperanza, se completó con las mamás con carritos de bebés, familias, niños, e incluso ancianos que recorrieron junto a la Virgen de Luján, las calles de la ciudad. En varias ocasiones, se nombró a los 44 tripulantes del ARA SAN Juan e incluso a los desaparecidos del “Repunte” y se oró por su familiares y seres queridos.
Al llegar a la Catedral, se realizó la misa presidida por el obispo y concelebrada por todos los sacerdotes presentes en un pequeño altar en las escalinatas. Durante la liturgia de la palabra, a las 20.44, se hizo un minuto de silencio para recordar a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, como se había especificado en una convocatoria en las redes sociales.
Durante la homilía, monseñor Mestre inició diciendo,“hemos cantado ‘María, está pasando por aquí’, y tenemos presente las distintas advocaciones, la hemos descubierto como madre de niños, pobres, ancianos, jóvenes, enfermos. María ha pasado realmente por aquí; y si ha pasado profundamente por los que hemos caminado, rezado y los que la han seguido por la radio desde sus hogares; ella abrirá nuestro corazón al único Salvador, al único Mediador que es Jesucristo. A partir de este domingo comenzamos a prepararnos para celebrarlo en el misterio de la Navidad”,
“Como discípulos de María, como hijos de ella, le pedimos que por su intercesión este tiempo de Adviento que hoy comenzamos, sea un tiempo para abrirle el corazón a Jesucristo, que es nuestra paz. María nos pude enseñar a construir la paz es porque es auténtica discípula de Cristo. Ante tantas conflictos, cortocircuitos, ante tantas situaciones de tensión en nuestra ciudad, en nuestra patria y en el mundo, abramos el corazón a Cristo que es nuestra paz”, remarcó monseñor Mestre.
Finalmente, expresó como debemos prepararnos para la llegada de la Navidad “Tengo que estar en actitud de vigilancia evangélica, qué lindo si podemos hacer el esfuerzo a pesar del fin de año, a pesar del cansancio, a pesar de tener que proyectar alguna cuestión para la temporada, a pesar de que los chicos está terminando con los exámenes y a pesar de muchas otras situaciones, no dejemos que las coyunturas nos traguen este tiempo, que nadie nos robe el Adviento como tiempo de preparación de la Navidad. Que el consumismo que a veces toca nuestras vidas, en una Navidad que cada vez se descristianiza más, no nos robe este tiempo”, pidió monseñor Mestre y finalmente consideró “después de haber peregrinado todo el día, llevando las intenciones, las acciones de gracias, los pedidos de perdón al Señor, que sean realmente el inicio de un fecundo tiempo de Adviento. Qué nada ni nadie nos robe poder preparar nuestro corazón para Jesús que viene a nuestro encuentro”, concluyó el obispo.